Por Romina Bevilacqua
5 marzo, 2015

Los gobiernos necesitan prepararse para los cambios que está impulsando el cambio climático. 

Hay una realidad que suele pasar desapercibida en las discusiones acerca del cambio climático, que es tan importante como los cambios en el relieve, fenómenos meteorológicos, contaminación o alteraciones en el océano. Esta realidad es el aumento en las reubicaciones de las millones de personas que, probablemente, van a ser desplazadas a causa de estas mismas transformaciones en el ambiente y desastres naturales o fenómenos meteorológicos extremos.

Ya hemos escuchado sobre lugares como el remoto pueblo de Alaska al que le preocupa su supervivencia ante los visibles efectos del calentamiento global en la región, o el primer pueblo de las islas del Pacífico que decidió reubicarse en respuesta al cambio climático. Pero en 2013 eventos extremos alrededor del mundo obligaron a 22 millones de personas a desplazarse de sus hogares –tres veces el número de habitantes desplazados a causa de conflictos de guerra–. El principal evento fue el huracán Haiyan en las Filipinas.

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Los gobiernos necesitan una mejor planificación para abordar la creciente inmigración impulsada por el cambio climático”, declararon diversos expertos al citar la evidencia que compara los efectos sobre la inmigración de los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales con las guerras.

Las proyecciones de destacados científicos del clima sobre el creciente nivel del mar, las olas de calor, las inundaciones y las sequías – todo ligado al calentamiento global– probablemente obligarán a que millones de personas se alejen del paso del peligro y que muchas de ellas nunca retornen a sus hogares. Este asunto es delicado desde un punto de vista político, sobretodo en un periodo en el que la austeridad económica influye en la generosidad de los gobiernos que juegan el papel de anfitriones y en el que un sentimiento “anti inmigración” está aumentando en muchos países, en particular en Europa.

Los desastres naturales desplazan de tres a diez veces más personas que todos los conflictos y las guerras combinadas del mundo”, declaró Jan Egeland, el director del Consejo de Refugiados de Noruega, organismo que dirige el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés) en Ginebra. Al principio de la década de 1970, el número total de personas desplazadas era sólo de aproximadamente 10 millones.

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Los eventos extremos también comprenden a eventos que no se relacionan con el clima, tales como los terremotos y los tsunamis.“En una población en crecimiento, existen muchas más personas que se encuentran expuestas a los fenómenos climáticos extremos”, Egeland comentó en Oslo, en una conferencia sobre la inmigración y el cambio climático.

Chaloka Beyani, el relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de las personas desplazadas internamente, comentó a Reuters que los gobiernos debiesen aumentar la planificación para los inmigrantes. “En el futuro, es probable que hayan más relocaciones planificadas para personas que están en zonas propensas a accidentes”, él comentó.

El aumento de 19 cm del nivel del mar, desde 1900 –a causa de factores entre los que se incluyen los deshielos de los glaciares desde los Andes hasta los Alpes y de la capa de hielo de Groenlandia–, agrava las marejadas en muchas regiones costales, de acuerdo al panel de expertos del clima de la ONU.

Los escenarios previstos por el panel indican un aumento adicional del nivel marino entre 26 a 82 centímetros para finales del siglo XXI. El panel además declaró que existe al menos un 95% de probabilidades de que la actividad humana, liderada por la combustión de combustibles fósiles, sea la principal causa del calentamiento global. “No debemos esperar hasta que una isla se hunda en tal vez 50 años más y una población completa desaparezca”, declaró Beyani. “Se deberán realizar movimientos y relocaciones planificados”.

El cambio climático también añadió razones para que las personas dejaran sus hogares a causa del trastorno de los suministros de alimentación y agua. “Cuando el acceso a los recursos se ve limitado debido a los factores climáticos, se generan conflictos”, él declaró.

Visto en: Euractiv

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