Este pequeño simplemente decidió que no era su hora de dejar este mundo.
Estaba desnutrido y casi no le quedaban fuerzas, pero se las arregló para cruzar la playa hasta una carretera cercana. Detuvo el tráfico y se refugió debajo de un coche. Por suerte un oficial de la policía lo capturó y decidió llevarlo a un centro de rescate. Este lobo marino es uno más de los cientos de cachorros que están muriendo de hambre en las costas de California. Es una triste epidemia que tiene a los rescatistas y centros de rehabilitación con las manos copadas de trabajo.
“Apenas se mantienen con vida”, dice el Director del departamento de ciencias veterinarias del centro The Marine Mammal Center. “Cuando los recogemos en las playas son prácticamente piel y huesos, están demacrados. Probablemente no han comido en semanas“, continúa.
Este es el tercer año que los rescatistas han visto este extraño fenómeno, pero para ellos los números de este 2015 son “excepcionales”. Sólo el Marine Mammal Center ya ha ayudado a 519 cachorros desde que comenzó el mes de enero, más del doble de lobos marinos a los que tuvieron que ayudar durante todo el 2014. y eso que este es sólo uno de los centros de rescates que están trabajando para ayudar a estos pequeños mamíferos durante la crisis.
El organismo de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU ha anunciado que el número de cachorros de lobo marino afectados este año asciende a un impresionante total de 1.650 y que los primeros deos meses del año hubo 20 veces más varamientos que el número usual. La noticia empeora, ya que en realidad son los meses de marzo y abril donde suele haber más varamientos así que se espera que estos números sigan aumentando.
Los científicos han especulado que una menor cantidad de comida disponible en el océano podría ser la causa de estos varamientos. Los cachorros de lobo marino, que nacen en junio, suelen pasar sus primeros meses de vida en las islas de la costa de California donde los dejan sus madres mientras van en busca de alimento. El NOAA ha reportado que las aguas de la costa de California han estado más cálidas de lo usual debido al fenómeno de El Niño y esto podría significar que los peces pueden estar nadando en aguas más profundas en el océano. Esto conlleva a que las madres tengan que recorrer distancias cada vez mayores para encontrar alimento y no puedan regresar rápidamente o lo suficientemente pronto para alimentar a sus cachorros. Así los cachorros, temiendo que los han abandonado, se aventuran solos hacia el mar.
Los cachorros, malnutridos y desesperados, se enfrentan al océano solos antes de lo que deberían y terminan en la costa varados y débiles. Así que cuando llegan a tierra firma aún no están a salvo. “Tienen frío, están hambrientos, y sólo deambulan por la playa arrastrándose”, dice Johnson. “No saben dónde están…y terminan incluso en las casas de personas”.
Por mientras, los rescatistas en California están haciendo su mejor esfuerzo por rehabilitar a los cachorros hasta que puedan ser liberados. El pequeño lobo marino que llegó hasta la carretera del que les contábamos al inicio de esta triste historia es uno de los muchos que se han logrado recuperar y han ganado peso. Lo llamaron “Persevero” por su perseverancia y ya tiene mejor salud.
Visto en: The Dodo