Por Romina Bevilacqua
12 junio, 2015

Lo que empezó como un esfuerzo para ahorrar agua, terminó en un proyecto que revela los secretos de una de las industrias más destructivas de hoy.

Cuando descubrió que sólo una hamburguesa de queso requería 2.500 litros de agua para ser producida, Kip Andersen no sólo se preocupó sino que quiso ver qué esfuerzos serían necesarios para recuperar la misma cantidad de agua en casa. Así que comenzó a tomar duchas cortas y con el tiempo calculó que una sola hamburguesa equivalía a 2 meses de duchas. Luego, una cosa llevó a la otra, y mientras más datos descubría más se asombraba.

Para que te hagas una idea de los impactos que tiene la industria ganadera, esta es responsable del 18% de las emisiones de gases de invernadero –mucho más de lo que acumularía la industria del transporte–. El ganado y sus productos derivados son responsables de al menos 32.000 millones de toneladas de C02 por año, o el 51% de todas las emisiones de gases de invernadero en el mundo. Y la cuenta sigue… el ganado, además es responsable del 65% de las emisiones de óxido nitroso, un gas 296 veces más destructivo que el C02 que se queda en la atmósfera por 150 años y la ganadería también consume alrededor de 34-76 billones de galones de agua al año.

¿Sorprendido? Kip y su amigo Keegan Kuhn, seguro lo estaban. Así que decidieron indagar más en el asunto y crear un documental llamado “Cowspiracy (algo similar a “La conspiración de la Vaca”) donde prometen “revelar los secretos de una de las industrias más destructivas de nuestros tiempos” en un documental “tan revelador como Blackfish o tan inspirador como ‘An Inconvenient Truth'”. Aquí puedes ver el trailer oficial: