Esta desgarradora historia es un doloroso ejemplo del sufrimiento inimaginable que las personas pueden causarle a los animales salvajes.
ADVERTENCIA: A continuación se ven imágenes muy gráficas y perturbadoras.
Voluntarios de la Fundación Amigos de la Naturaleza de Tailandia (Wildlife Friends Foundation Thailand, WFFT, por sus siglas en inglés) fueron a un templo budista para un control rutinario de sus animales. Sin embargo, un descubrieron absolutamente espantoso, terminó con el día de trabajo convertido en uno de rescate. El descubrimiento: Una pequeña osa malaya de 3 años de edad llamada Kwan encerrada en un cuarto oscuro, sin luz exterior, durante los 2 últimos años.
Las fotografías de Kwan son absolutamente desgarradoras. Demacrada y sin pelo, es imposible reconocer la reducida figura como la de un oso. Su cara estaba cubierta de llagas y sus garras torcidas. Apenas podía levantar su cabeza, pero incluso así, se volteaba hacia su salvador en lo que parecía ser una muestra de gratitud.
La fundación le suplicó al templo que les dejara llevarse a Kwan, publicaron la información en su página web para crear presión y luego consiguieron transportarla rápidamente a su centro de rescate. Ahí, lucharon toda la noche para mantenerla con vida, aunque estaba demasiado débil para comer y dejó de respirar varias veces. Pese a sus mejores esfuerzos, la pequeña osa dejó de existir un par de horas después. “Hicimos todo lo posible para mantenerla con vida,” escribió el WFFT. “Estamos todos muy afectados por esta pérdida”.
Tras este terrible caso no hay que olvidar que ella no es la única. En Tailandia, donde el comercio de mascotas exóticas aún está en auge, muchas personas se quedan con pequeños animales para luego desencantarse una vez que llegan a la adultez. Lo más fácil de hacer es botarlos en algún templo budista, los cuales son aparentemente “lugares sagrados” donde los animales debieran ser protegidos, comenta el WFFT en su página de Facebook.
Pero muchos de los animales abandonados en estos templos están condenados a vivir en el descuido absoluto dentro de pequeñas jaulas. Muchos monjes tienen buenas intenciones pero no están preparados para hacerse cargo de animales salvajes, y por otro lado, algunos templos descarados, alientan a las personas a dejar sus animales para crear una especie de zoológico. Estos zoológicos, como en el que estaba Kwan, le proporcionan atención y dinero extra a estos monjes. “Cuando tienes seis osos, tres gibones, cinco monos, entonces ya no se trata de una coincidencia”, recalcó el fundador de WFFT Edwin Wiek al periódico de Los Ángeles Daily News. “Se trata de un negocio.”
Mientras que el WFFT está trabajando muy duro para erradicar esta práctica, ellos no tienen el poder de incautar animales y es difícil involucrar a las autoridades cuando los culpables son monjes. “Los líderes religiosos son iguales a los políticos y a personas adineradas que están usualmente por sobre la ley, por lo tanto, los cargos por posesión ilegal de animales exóticos o crueldad contra ellos no son usualmente presentados por la policía u otras autoridades”, explicó la fundación.
Aún hay cuatro osos más en el templo donde fue encontrada Kwan, están encerrados en jaulas sucias con comida podrida. El WFFT ha reclamado contra el lugar sagrado desde el 2012, aunque sólo descubrieron a Kwan el día que la rescataron. Luego de que su historia fuese publicada, las autoridades se comprometieron con la organización para requisar los cuatro osos restantes dentro de poco.
La historia de Kwan es un ejemplo extremo, pero cada año el comercio ilegal de animales cobra decenas de miles de vidas. Matan a muchas madres de animales salvajes, incluyendo osos y orangutanes, para que puedan vender a sus crías, y esas crías a menudo terminan con dueños poco preparados que abusan de ellos o los abandonan. El comercio ilegal de mascotas exóticas es un negocio criminal muy lucrativo y peligroso, y el problema no sólo está limitado a países subdesarrollados, ya que existen, por ejemplo, 5.000 tigres en cautiverio solamente en EE.UU., más de lo que queda en el mundo completo, y tan sólo el 6% de ellos se encuentran en zoológicos acreditados.
Visto en The Dodo
