Gracias a Jane Goodall podríamos ver el fin de los experimentos de laboratorio en chimpancés

¡Al fin la historia de estos primates está a punto de dar un gran vuelco!

Con sólo 170.000 a 300.000 individuos vivos en estado salvaje, los chimpancés son unos de los simios más amenazados de África. Las causas que los han llevado a esta triste situación son variadas: su caza indiscriminada, pérdida de hábitat y degradación de los entornos naturales en los que viven a causa de las acciones y expansión del ser humano, han llevado a que la especie mantenga una peligrosa tendencia a decrecer en números con tasas de extinción de un 4.7% de su población al año –en regiones donde se supone que se encuentra el mayor número de ejemplares–.

Ya en 1990 se logró un gran paso en la conservación de estos primates, cuando EE.UU cambió su clasificación desde amenazados hasta especie en peligro de extinción. El problema es que en ese entonces, quedó un vacío que dejaba a los chimpancés cautivos desprotegidos: desafortunadamente ellos se mantuvieron con la categoría de amenazados, lo que permitía a los laboratorios y otros individuos mantenerlos como “propiedad”. Por suerte, y luego de varios años de lucha, ahora todos los chimpancés, estén ellos en estado salvaje o en cautiverio,  se encuentran ahora bajo la clasificación de “En Peligro de Extinción”, todo gracias a una petición que Jane Goodall y la organización The Humane Society of the United States, presentaron en 2010.

Michael Nichols/National Geographic

Con este cambio en la clasificación de los chimpancés en cautiverio, estos ganarán los mismos derechos que sus parientes en estado salvaje y su tenencia, exportación e importación ahora requerirán de estrictos permisos emitidos por el departamento de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. Estos cambios también presentarán una serie de barreras para los laboratorios e investigaciones que quieran conducir experimentos y testear productos en estos animales, ya que cualquier investigación que pueda hacer daño o violentar a los chimpancés requerirá de permisos especiales y los científicos necesitarán además un permiso para vender sangre o tejido de chimpancé a nivel internacional. Para obtener estos permisos, los investigadores deberán “demostrar que su investigación aportará directa y sustancialmente a los esfuerzos de conservación de los chimpancés en estado salvaje“. Por lo tanto, esta se convierte en una buena noticia para los más de 730 chimpancés que actualmente son considerados como propiedad de laboratorios biomédicos. Estas reglas fueron oficialmente declaradas el 16 de junio recién pasado y comenzarán a ser efectivas en 90 días, para el 14 de septiembre de 2015. 

Michael Nichols/National Geographic

Jane Goodall, la reconocida primatóloga y principal impulsora de esta medida, señaló al respecto: “Hubo momentos en el pasado en los que me preguntaba si este día algún día llegaría. Esto demuestra un despertar, demuestra una nueva consciencia. Todos deberíamos levantar nuestras copas esta noche y brindar”.