El ángulo que elige este fotógrafo para capturar a los seres acuáticos te dejará realmente impresionado.
He tenido la suerte de bucear en algunas de las aguas más claras del mundo. Una experiencia que inicia en el momento en que te pones el traje de agua a presión, sintiendo la sal pegarse a tus manos, para luego subir a un bote en dirección a lo desconocido o simplemente acercarte a la orilla del mar o lago para sumergirte de a poco. En contacto con el agua, sientes como la malla de goma se pega a tu cuerpo, haciendo una especie de presión, que por extraño que parezca, es agradable. Te pones los lentes y el tubo en la boca, y simplemente te hundes.
Ese momento, de pasar de un elemento a otro, es simplemente maravilloso. El suspenso de lo desconocido, de lo que te puede esperar abajo, y bueno, la siguiente sensación de absoluta paz que se genera gracias al silencio y en donde todo se mueve a un ritmo, al que es muy fácil adecuarse. Lo que puedes ver, ya es otra cosa. Corales de las formas más extrañas, estrellas de un azul intenso, erizos de los que preferirías guardar mucha más distancia debido a sus enormes púas, y como es de esperarse, estar nadando con peces de todos los colores que puedas imaginar, si es que se trata de una zona tropical. Si tienes aún más suerte, te puedes encontrar con tortugas, delfines y quien sabe, algún tiburón que acabe de cenar y no esté interesado en acercarse mucho a ti.
Estas mismas sensaciones son las que llevaron al fotógrafo de océanos y vida salvaje Matthew Smith a crear este estilo de fotografía que cubre el horizonte desde arriba y abajo. “Es tal vez la mejor forma de comunicar a un no-buceador de qué se trata estar bajo el agua. Pasar de un mundo que se nos hace tan cómodo y familiar, a otro absolutamente desconocido, lleno de magia, secretos y sorpresas por descubrir en cada rincón.
No te pierdas la selección de fotos a continuación, y si quieres conocer más del trabajo de Matthew, no dejes de visitar su página web.