Por Romina Bevilacqua
26 junio, 2015

Estos retratos harán a cualquiera pensar dos veces antes de traer un perico o cacatúa a casa como mascota.  

Muchos creen que es divertido tener a una cacatúa o loro en casa, sobre todo si aprende a hacer vocalizaciones e imitar sonidos y por lo mismo se han transformado en populares mascotas. Pero la realidad es que estas aves exóticas tienen muchas necesidades que sólo encuentran en libertad y que no suelen ser compatibles con la vida en cautiverio. Sólo para enumerar unas cuantas, está el hecho de que requieren de un gran espacio disponible para volar, una dieta variada y balanceada y la libertad de ser muy sonoros. Además son animales bastante delicados y, como los primates, tienen complejas relaciones sociales que resultan prácticamente imposibles de suplir en un típico hogar.

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Oliver Regueiro

 

Por lo mismo muchas veces aquellos que adquieren una de estas aves como mascotas terminan aburriéndose de ellas o se dan cuenta de que realmente no pueden hacerse cargo de estas como deberían, que requieren de más tiempo y dedicación de la que esperaban y quienes terminan sufriendo las consecuencias son ellas.

El fotógrafo Oliver Regueiro quería demostrar esta realidad y para ello retrató a una serie de aves exóticas en cautiverio. “Muchas de las aves en las fotografías están ahora en peligro de extinción o amenazadas en estado salvaje principalmente debido a la deforestación, su caza ilegal y su comercialización ilegal para el mercado de mascotas“, cuenta el fotógrafo. Cuando veas el estado en el que están y conozcas sus historias, te romperán el corazón.

1. Scruffy Joe

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Oliver Regueiro

Esta cacatúa macho fue entregada a un santuario de animales luego de que su dueño se diera cuanta de que requería de mucho tiempo y cuidados.


2. Chloe y Merlot

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Oliver Regueiro

En su ambiente natural, estas aves pueden vivir de 70 a 80 años y pasan la mayor parte de su vida junto a una misma pareja. Chloe y Merlot son dos guacamayos que nunca se separan.


3. Chicky

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Oliver Regueiro

Es una cacatúa moluqueña. En esta fotografía la puedes ver con sus alas abiertas, que dejan en evidencia todas las plumas que le faltan debido a los precarios cuidados. Muchas veces las aves comienzan a quitarse las plumas ellas mismas por estrés o aburrimiento, aunque este comportamiento también puede deberse a una condición médica o por vivir en condiciones inadecuadas para ellas. Cuando Chicky llegó al santuario en 2009 descubrieron que tenía la presión alta, el colesterol alto y un trozo de metal en su garganta.


4. Buddha

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Oliver Regueiro

Es una cacatúa moluqueña de 21 años que tiene que usar un collar especial para prevenir que se quite las plumas y se automutile. Regueiro explica que sus dueños la amaban, pero claramente no conocían bien las necesidades de una cacatúa. La criaron fuera de una jaula, para que se posara sobre sus hombros, le compartían de su comida y dormía en el respaldo de la cama. Pero hubo un momento en el que sus dueños tuvieron que ponerla en una jaula, ella no entendía por qué estaba detrás de las barras metálicas y ahora tenía que alimentarse de semillas y pellets. Así que comenzó a gritar. Eventualmente comenzó a quitarse las plumas obsesivamente y a hacerse heridas”.


5. Bubba

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Oliver Regueiro

Por muchos años este loro gris de 35 años vivió junto a otras aves. Lamentablemente llegó el momento en el que las separaron y Bubba comenzó a quitarse las plumas furiosamente, así que lo enviaron a un santuario.


6. Simba
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Oliver Regueiro

Esta cacatúa de 36 años llegó al límite de hacerse una herida profunda, como un cráter, cerca del hueso de la quilla (en el pecho) a sí misma. La herida era tan grave que dañó al hueso hasta el punto en el que era “irreparable” según los veterinarios que la examinaron con rayos X. Y a juzgar por la descalcificación del ave es muy probable que nunca haya obtenido la asistencia médica que requería.


7. El abuelo

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Oliver Regueiro

Es el ave más anciana de la serie de fotografías. Lo llevaron al santuario cuando tenía 60 años (hoy tiene 72) después de pasar 20 años en un parque de entretención de vida salvaje, 20 años en un parque de entretención de vida acuática y otros 20 años en varios hogares.


8. Malcom

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Oliver Regueiro

Esta cacatúa filipina tiene 25 años y lo llevaron al santuario una vez que su dueño falleció. Su estado era deplorable. Una de sus alas estaba completamente congelada mientras que la otra había sufrido una fractura en algún minuto de su vida que nunca sanó correctamente ya que no obtuvo atención médica.


9. Bella-Rose

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Oliver Regueiro

La compraron cuando era un polluelo y su dueña no pudo mantenerla. No supo cómo cuidarla.


10. Baby

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Oliver Regueiro

Es una cacatúa de las Tanimbar, que aunque en la fotografía parece un polluelo, tiene 22 años. La llevaron a un santuario cuando sus dueños se divorciaron y ninguno de ellos quiso quedársela.