¡Una excelente noticia para comenzar la semana!
Si buscas en internet información sobre el Templo del Tigre en Tailandia lo más probable es que te encuentres con muchas fotografías de turistas felices junto a tigres encadenados y a monjes jugando con estos grandes felinos como si fuesen hermanos. Aunque también es posible que te encuentres con la otra cara de la moneda: las diversas críticas contra el templo que lo acusan de drogar a sus tigres, de malnutrirlos, de maltratarlos físicamente, de separar a los cachorros de sus madres a las pocas semanas de nacer e incluso de participar encubiertamente del contrabando ilegal de estos grandes felinos.
Hace poco se condujo una investigación en el templo por las diversas acusaciones que había de maltrato contra los tigres ya que se creía que los drogaban y aunque los oficiales no encontraron evidencias que respaldaran estas acusaciones sí se encontraron con otras sorpresas. Mientras revisaban las instalaciones notaron que el templo tenía 48 bucerótidos (unas aves tropicales protegidas) y 2 chacales de forma ilegal. Al día siguiente cuando los agentes regresaron a retirar a los animales ilegales, los chacales misteriosamente ya no estaban. Este incidente se suma a otros conflictos recientes en los que el centro se ha visto involucrado, como el hecho de que desaparecieran tres de sus tigres –y que el propio jefe veterinario del templo señaló que sospecha que fueron vendidos al extranjero como contrabando– o los 6 osos tibetanos –una especie protegida– que también fueron removidos del templo a fines de marzo por mantenerlos ahí ilegalmente y luego de que los monjes no dejaran que las autoridades los examinaran para determinar el estado de su salud.
No se sabe si estos incidentes fueron los que llevaron a las autoridades a declarar que se liberaran a los 146 tigres del templo para fines de abril –ya que aún no se informa la razón oficial–, pero de todas formas significa una gran noticia para los tigres que eran mantenidos como meras piezas turísticas encerrados en un lugar en el que no tenían el espacio ni la oportunidad de ejercitarse que un animal de esa envergadura debería tener. Ya se están haciendo las preparaciones en la provincia de Ratchaburi para recibir a estos tigres que por el momento estarán a cargo de estado quien deberá asegurar su alimentación y encontrar un hogar propicio para ellos –probablemente alguna reserva, santuario o parque protegido–.