*Este artículo fue escrito originalmente por Lindsay Abrams para Salon.
Cuando hablas de derechos humanos, sin mencionar las necesidades que se tengan, no hay nada que sea más fundamental que el agua. Las Naciones Unidas incluso lo ha expresado por escrito y reconoce [formalmente] “el derecho de acceder a agua limpia para beber y la sanitización como un derecho humano que es esencial para gozar de una vida plena y de todo los derechos humanos“.
Al menos esa es la teoría, porque la práctica es diferente. En octubre el Juez de bancarrota de Estado Unidos, Steven Rhodes, llegó a una conclusión muy diferente a la que es presentada por la ONU al legislar sobre una polémica práctica que se veía en Detroit que consistía en contarle el suministro de agua a miles de residentes que no podían pagar sus cuentas. “No se puede poner en duda el hecho de que el agua es un ingrediente clave para mantener la vida”, concedió Rhodes. Sin embargo continuó y dijo que no existe “un derecho que de acceso al agua de manera gratis”. Aparentemente a los ojos de la ley, el agua es un lujo.
Si bien es impactante ver a una ciudad negarle dicho derecho a sus propios ciudadanos, no se compara con lo que sucedería si las compañías privadas de agua pudiesen decidir algo similar. En el libro “El precio de la sed: La desigualdad del agua en el mundo y el Caos que se aproxima”, Karen Piper detalla la práctica a nivel mundial de este fenómeno. En un ejemplo clásico de la doctrina del shock, Piper argumenta, la escasez de agua está siendo vista como una oportunidad de negocio por las empresas multinacionales. Su mantra es el siguiente: “Si no hay dinero, no hay agua”. Se espera que para el año 2025 le entreguen servicio al 21% de la población mundial.
Piper, quien hace clases en la Universidad de Missouri, viajó a 6 de los continentes del mundo para exponer la manera en que el control de las empresas ha redefinido el agua como un bien económico, teniendo consecuencias que van desde una desigualdad creciente hasta generar intranquilidad en la población. Más abajo te mostramos su opinión:
¿Cuáles son algunos de los principales malentendidos con los que trabajas sobre cómo funciona tener acceso al agua?
Depende del país al que te refieras. Creo que en Estados Unidos tenemos la mala idea de dar por sentada el agua y olvidarnos de la larga historia de batallas que las personas lucharon para lograr tener acceso al agua pública en este país. Antiguamente existían compañías privadas que controlaban los suministros de agua de Estados Unidos. A comienzos de este siglo, empezaron a haber brotes importantes de cólera, lo que generó que el agua fuera de acceso público. Hoy en día, debido a que no hemos cuidado el sistema en temas de financiamiento creo que es posible que lo perdamos. A medida que aminoramos los recursos que van al agua pública, las compañías privadas ven la posibilidad de entrar en el juego y hacerse cargo de ciudades que usualmente tienen problemas con la infraestructura que les entrega agua. Detroit, en este caso, sería un buen ejemplo.
¿Cómo se ve esta situación a nivel global?
Bastante mal. Me parece que existen tres problemas principales a los que el planeta se enfrenta en términos de suministros de agua y la crisis mundial del agua. Uno de ellos es el cambio climático, el segundo es la contaminación y el tercero es la sobre-extracción del agua que se encuentra en las napas. Básicamente tenemos la misma cantidad de agua en la tierra que había en la época de los dinosaurios y hay mucha gente que no se da cuenta. El problema es que lo que ha cambiado es la locación del agua. El cambio climático mueve el agua y también se genera movimiento al extraer agua del subsuelo. Sin embargo, no es tan fácil mover a las personas. No puedes simplemente tomar Los Ángeles y moverlo a donde sea que el agua se ha ido cuando la nieve desaparezca.
La ‘escasez de agua’ es un nombre poco apropiado. Lo que estamos perdiendo son nuestros sistemas de almacenamiento del agua. Estamos perdiendo glaciares, los cuales son denominados bancos de aguas dulces y también estamos perdiendo el agua fósil, la cual se demora millones de años en reponerse. Uno de esos lugares se encuentra en Estados Unidos: el acuífero Ogallala está desapareciendo. También existe un acuífero en el norte de la India el cual está tan empobrecido que actualmente están experimentando un envenenamiento por flúor, ya que cuando llegas al fondo de estos lugares te encuentras con contaminantes que, con el tiempo, se han depositado en el fondo. Son minerales naturales que se han anidado allí.
También tenemos el problema de la contaminación. El 20% de la población mundial actualmente no tiene acceso a agua limpia. El 20% del mundo, además, vive con menos de un dólar al día y es interesante mirar como ambos grupos coinciden. Cuando las personas no tienen agua, lo que se genera es una inestabilidad social y puede que ese 20% haya estado viviendo al lado del mismo río desde el principio de los tiempos, pero repentinamente el río se contamina y cuando intentan beber de él se enferman y mueren. Entonces lo que pasa es que las corporaciones ven la contaminación del agua como una bendición, porque mientras más agua se contamine, más caro será beber y luego tienes una división aun más marcada entre los ricos y los pobres en términos de quien puede acceder a agua limpia y quién no.
Lo último es el cambio climático. Creo que las personas no entienden cómo funciona. Dicen, “Oh, los glaciares se están derritiendo, así que tendremos más agua”. Pero el problema es que el agua simplemente se va al océano, así que deberías ver al cambio climático como una fábrica gigante de agua salada. Es como mandar el agua al océano. La verdad es que no podríamos construir represas lo suficientemente grandes como para detener toda el agua y si lo hiciéramos causaríamos otros problemas. Es lo mismo que hacemos con la agricultura. Es como cuando sacamos el agua de los acuíferos para la agricultura y ese es el lugar exacto en donde la comida del mundo se encuentra. Pero al hacer eso, los acuíferos se contaminan, se vuelven salinos y se van al océano. Por esta razón, existe una gran cantidad de agua que simplemente estamos desperdiciando.
Probablemente comprendas algunos de los conflictos más grandes con respecto a la escasez de agua o al menos has visto los factores que contribuyen a ella…
En este momento estoy muy pendiente del Estado Islámico. Cuando escribí mi libro me parecía que algo de esta naturaleza ocurriría ya que por décadas ha existido un conflicto entre Turquía, Irak y Siria sobre cuánta agua obtienen Irak y Siria. El agua que tienen viene de Turquía, un país rico en este recurso y Turquía ha estado cortando el suministro con estas increíbles represas que hasta hace poco habían sido apoyadas por el Banco Mundial. El Estado Islámico está al tanto de este tema y una de sus metas principales es dominar el suministro de agua de Irak y Siria.
En este momento los tres países se encuentran usando el agua como un arma contra los otros. Turquía ha decidido cortar el suministro de agua a Siria, por ejemplo, para lograr que Siria no apoye a los kurdos. Al mismo tiempo, Turquía ha sido muy agresiva al respecto comentando que dichos recursos son de ellos y que no serán negociados. Veo personas peleando debido a esto en el Foro de Agua Mundial porque es un desastre que se veía venir. Cuando se habla de esto en los medios de comunicación siempre me molesta, porque la prensa los muestra sólo como fundamentalistas malvados. Y si bien es verdad y puede que haya algo de eso, es necesario pensar qué hace que estos fundamentalistas malvados se unan a estos grupos. Cuando las personas no tienen educación y se encuentran en circunstancias difíciles y sienten que es lo único que pueden hacer, usualmente sucede que muchos jóvenes y niños se ven atraídos por estos grupos.
En el libro, comparas vender agua con vender sangre, la cual es una metáfora bastante dramática. Según tu opinión, ¿qué hace que el agua sea diferente de los otros bienes?
A los activistas les gusta decir que el agua es vida. Y realmente lo es, no podemos vivir sin ella y tampoco puede el planeta. Si piensas en la sangre, la sangre es parte del sistema circulatorio de nuestros cuerpos humanos y el agua es el sistema circulatorio del planeta. Si juegas con ella o quitas demasiado de ciertas áreas, dichos lugares comienzan a morir. Era una metáfora dramática para demostrar lo peligroso que esto es, pero es la idea de vender nuestra sangre. Esto sucede en lugares pobres alrededor del mundo donde las personas deben vender su sangre para conseguir dinero. En algunos lugares se dona, en otros se vende. Las personas ricas siempre lo consiguen y con el agua es lo mismo. A los pobres les quitan el agua y los ricos la reciben.
En tus viajes, especialmente a los lugares en vías de desarrollo ¿Cuáles son algunos de los ejemplos más atroces que viste que muestran cómo el control privado del agua puede generar cosas negativas?
La verdad es que fue en California. Lo que sucede en California es ridículo porque el negocio de la agricultura controla el agua en el Central Valley y han estado sacando y sacando agua del subsuelo al punto que las casas se están cayendo debido a que el suelo se está hundiendo. Y aun así, demandan más y más agua diciendo que se encuentran pasando por tiempos difíciles. Al mismo tiempo, están acumulando agua y poniéndola en estos nuevos sistemas llamados bancos de aguas donde pueden comprar y vender agua en el mercado. Tienen un acuerdo con el estado: le han estado dando algo llamado agua de papel, donde en vez de darle agua real al negocio (y debido a que California ya no tiene más o se ha vuelto un recurso controlado por privados), básicamente estas compañías tienen derechos sobre cualquier foco de agua que esté disponible en el futuro. Lo que están haciendo es decir, “Mira, estamos demandando esta agua que sólo tenemos en papel,” así que están intentando construir un canal periférico bajo Bay Delta para traer agua del norte.
Al ver lo que allí sucedía era como que todo se volvía cada vez más loco y ahora están hablando de irse a Canadá y sacar agua de allá y por supuesto en Canadá están muy molestos al respecto. Pero ese lugar era una locura. Otro lugar fue Egipto, por supuesto, donde es muy caluroso. Estuve allí antes de la revolución de 2011. Algunos la llamaron la ‘revolución de los sedientos‘ debido a la desigualdad de los suministros de agua. A todos los lugares que iba me encontraba con algo loco.
La posición que comparten los activistas es que el agua debiese ser un derecho básico y que no debiese ser sometido a la dinámica de rico versus pobre. ¿Cómo puedes desligar ambos conceptos?
Debiese ser un derecho humano. Quiero, antes de decir lo que pienso, decir que no estoy 100% de acuerdo con el agua como un derecho humano porque creo que el agua es un derecho de todos los seres vivientes. El agua es un derecho de la naturaleza, existen grupos indígenas internacionales que han hecho declaraciones comentando que esta es su visión con respecto al agua y estoy de acuerdo con eso. Pero también sé que el agua como un derecho humano es una ley en la ONU, así que la pregunta, más bien, es si será cumplido o no. Ya ha habido situaciones exitosas como en Botswana donde puedes realmente citar una resolución de la ONU en una demanda si alguien impide que tengas acceso al agua. Y por lo tanto, existen muchas cosas positivas con respecto a que el agua sea declarada un derecho humano en la ONU en términos de una posible igualdad del agua.
El peligro es que las corporaciones multinacionales también lo vean como un derecho porque entonces lo que estarían diciendo es “Sí, tenemos que entregar esta agua pero aún así vamos a encargarnos de las utilidades públicas y el gobierno tiene que pagarnos por darle acceso a todos, tomando en cuenta la poca agua que tenemos”. Entonces están intentando adoptar esta idea del agua como un derecho, y todo lo que hay que hacer es mantener el agua en las manos de los públicos. Si no lo haces, no podrás tomar decisiones democráticas nunca más.
Visto en: Salon