Sugiero que no leas esto si estás pensando en comer pronto.
Existen algunos parásitos REALMENTE terribles en el mundo. Algunos son capaces de transformar tu cuerpo, meterse en tu cerebro e incluso convertirte en una especie de zombie ¡Aterrador! Sin embargo, sabemos lo mucho que nos llaman la atención estas cosas desagradables, así es que pensamos en compartirlas con ustedes de todas formas.
Parásito come lenguas
No te preocupes. Antes de vomitar sobre ti mismo pensando en algo que pueda comer tu lengua, este es un parásito de los peces, no de humanos. El Cymothoa exigua es un isópodo parasitario que comienza su vida como macho pero que puede cambiar de sexo después (organismos como estos son conocidos como hermafroditas protándricos). Los parásitos entran en un pez anfitrión y hacen un campamento ahí hasta madurar. Luego, una hembra se arrastra, sale por las agallas y se afirma a la lengua del pez. Esta es la parte en que las cosas se vuelven muy extrañas.
Ella perfora la lengua y comienza a succionar sangre como fuente de nutrientes, gradualmente aumentando en tamaño hasta que ocupa una gran proporción del espacio de la boca. A pesar de que no succiona lo suficiente para matar al pez, bebe tanto que la lengua se consume y desprende, dejando en su lugar al parásito como pseudo-lengua. Increíblemente, el pez sigue vivo y coleando, y el descarado paracaidista incluso quita pellizcos de los alimentos que el anfitrión intenta comer.
Ahora, es posible que pienses que no hay más espacio para cosas extrañas aquí. Pero lo hay. Un macho se arrastrará y saldrá por las agallas y se reproducirán dentro de la boca del pez. Sin comentarios. Luego ella libera a sus bebés, los cuales continuarán con este ciclo. Un sombrío ciclo.
Enfermedad del gusano de Guinea
Esta terrible enfermedad la causa un gusano parásito llamado Dracununculus medinensis. Larvas del gusano de Guinea son ingeridos por pulgas de agua, las cuales pueden ser consumidas por humanos sedientos si beben agua sin tratar. El ácido estomacal disuelve a las pulgas, liberando a las larvas, quienes luego crean una madriguera en la pared intestinal. Los gusanos madurarán dentro del cuerpo y la hembra puede alcanzar unos impresionantes 80 centímetros de largo. Si la persona está infectada con ambos, macho y hembra, estos se encontrarán y se reproducirán, resultando en que la hembra traerá en sí 3 millones de embriones. Esa es la única función del macho. Así que luego muere. Pobrecito.
Luego, la hembra se desliza por los tejidos subcutáneos causando un dolor inmenso hasta llegar al pie. Aquí, ella perfora la piel y le causa a la víctima una dolorosa ampolla. Debido a que el dolor quema, el humano sumerge su pie en agua para intentar apaciguarlo, lo que exactamente quiere conseguir el gusano. Es entonces cuando la hembra asoma su cabeza y vomita a los embriones desde su boca hacia el agua para que estos puedan marcharse y ser tragados por pulgas que no sospechan nada. El pobre humano debe pasar semanas extrayendo lentamente al gusano para evitar que se rompa, lo cual podría causarle reacciones inmunológicas severas. Estremecedor.
Hongo manipulador de mentes
Supongamos que eres un hongo que vive en un bosque tropical que experimenta una fluctuación de humedad y temperatura, pero que sólo puedes prosperar dentro de un rango específico de estas variables. ¿Qué haces? Obviamente, te vuelves el parásito de una hormiga, la conviertes en un zombi y haces que busque el ambiente perfecto para ti. Oh, y luego la matas y haces crecer un palo de hongo que sale de su cabeza, sólo porque sí.
El parásito fúngico Ophiocordyceps es un ejemplo espectacular de manipulación al anfitrión. Numerosas especies diferentes han sido descritas teniendo diferentes opciones de anfitriones, para no morir. Por ejemplo, los O. unilateralis, infectan a las hormigas carpinteras (Camponotus), luego las manipulan para que abandonen su hábitat usual y se dirijan bajo la protección de una hoja que tenga las condiciones ideales para que el hongo crezca. Aquí, la víctima muerde la hoja, por lo general la vena de la hoja, realizando lo que se conoce como el “agarre de la muerte”. La hormiga muere y las hifas (estructuras tubulares fúngicas) crecen dentro de ella, eventualmente atravesando la parte trasera de su cabeza, viéndose como algo salido de Juego de Tronos. El hongo luego libera esporas en una pequeña área bajo la hoja conocida como “el campo mortal infeccioso”, listo para empezar nuevamente con el proceso. Encantador.
Grillos suicidas
Los gusanos crin de caballo, obviamente nombrados por su parecido al crin de caballo, son endoparásitos de varios artrópodos incluyendo a los cangrejos y a los grillos. Las larvas viven en ambientes marinos o de agua dulce y a menudo son comidos por varios insectos como los mosquitos. A su vez, los insectos infectados pueden ser tragados por desprevenidos grillos hambrientos y así comienza el terrorífico proceso.
Hacen su madriguera en los intestinos y luego se acomodan en una agradable y acogedora cavidad del cuerpo, creciendo hasta medir 30 centímetros de largo en promedio. Entonces sucede algo extraño: el gusano necesita volver al agua para completar su ciclo de vida, así que hace que el grillo se convierta en kamikaze. Normalmente los grillos se mantienen lejos del agua por miedo a morir, pero los anfitriones infectados, por el contrario la buscan y se lanzan como cañonazo a ella, suicidándose. Es entonces cuando los gusanos salen en búsqueda de una pareja con quien reproducirse.
A pesar de que no se sabe con precisión como es que estos gusanos alteran el comportamiento del grillo, estudios han demostrado que los gusanos producen grandes cantidades de neurotransmisores cuando están dentro del anfitrión lo que causa que este produzca más neurotransmisores. En algún momento esto causa que el grillo se comporte de forma anormal y suicida, despidiéndose de la vida terrestre en busca de una tumba de agua mucho antes de su hora natural de muerte.
Aquí hay un video de un pobre grillo suicida y del gusano crin de caballo emergiendo de él.
httpv://youtu.be/Df_iGe_JSzI
Avispas parasitoides
La mayoría de las especies de avispas son de hecho parasitoides, lo que significa que roban el cuerpo de otro organismo y lo utilizan como guardería para sus hambrientas crías que se alimentan del pobre anfitrión mientras éste aún está vivo. ¡Como si las avispas no fueran ya temibles! Malvados demonios con alas.
Hay algunos ejemplos realmente perturbadores de avispas parasitoides, comenzando con las avispas Glypatapanteles. Los miembros de este género dejan hasta 80 huevos dentro de una oruga viva que son incubadas y que se alimentan del desprevenido cuerpo del anfitrión. Las larvas se comen la piel de la oruga y se adhieren a sí mismas a unas hojas cercanas, formando un capullo. Es entonces que en una extraña vuelta de tuerca, la oruga se convierte en su guardaespaldas. Ignora sus deberes diarios de comer hojas y monta una guardia sobre las pupas, balanceando violentamente su cabeza a los predadores que se acercan, alejándolos de un golpe. El cómo los parásitos causan que las orugas se conviertan en fieles guardianes aún se desconoce, pero las orugas sin parásitos no muestran este comportamiento.
La avispa esmeralda, o avispa joya, también convierte a su anfitrión en un sumiso zombi al inyectar veneno directamente en su cerebro con una poderosa picadura en la cabeza. Luego arrastra a la cucaracha confundida y paralizada hacía una cámara y deposita sus huevos en ella. La larva eventualmente se incuba, nace y se mueve dentro del anfitrión, comiendo sus interiores mientras aún sigue viva. Después de comer gran parte de los órganos la cucaracha muere, lo cual no nos causa demasiada pena porque ellas también son repugnantes. Pero qué forma más terrible de morir.
Filarias
En último lugar, pero ciertamente no menos importante, tenemos al gusano que puede desfigurarte. Los nematodos filarias entran en anfitriones humanos por medio de mosquitos, los cuales se alimentan de gusanos microscópicos en sus etapas más tempranas del tamaño de un glóbulo rojo. Estos migran luego al sistema linfático, maduran y, por supuesto, se aparean.
Aquí, pueden causar una inflamación de los nodos linfáticos (linfadenitis) y linfedema, o inflamación del tejido causado por retención de líquido linfático. Aquellos con una infección repetida y crónica se ven amenazas con manifestaciones desagradables y desfigurantes de elefantiasis, la cual significa una inflamación dramática y debilitadora de una parte del cuerpo. Desafortunadamente para los hombres infectados con estos gusanos, su escroto también puede hincharse. Realmente desafortunado.
Visto en IFL Science