Por Romina Bevilacqua
26 diciembre, 2014

El tomate no sólo es aquella fruta que refresca tus ensaladas o da ese sabor particular al guacamole, también es una buena fuente de vitaminas con muchas propiedades que se puede convertir en un tratamiento de belleza alternativo a la hora de querer ahorrar en productos de belleza.

El jugo de tomate contiene un alto porcentaje de nutrientes que son beneficiosos para la piel. Ellos incluyen vitamina A, vitamina C, licopeno y proteínas. El licopeno es un carotenoide y una importante fuente de antioxidantes que contrarresta la acción de los radicales libres en el cuerpo y que hará maravillas en tu piel.

Aquí tienes 5 formas de utilizar la pulpa del tomate para tratar las pieles grasas y/o con acné y quemaduras.

Acné y piel grasa

tomates

1. Corta el tomate por la mitad y retira la mayor cantidad posible de pulpa con una chuchara. Coloca esta pasta directamente sobre tu rostro. También puedes mezclarla con un poco de miel para darle una consistencia más espesa y mayor hidratación. Déjala sobre tu piel de 5 a 10 minutos, lávate la cara con agua fría y sécala con un paño limpio.

2. Otra alternativa es mezclar la pulpa con un aguacate (palta), que ayuda a suavizar la piel. Aplica la pasta sobre tu rostro, déjala reposar por 20 minutos, y enjuágala con agua tibia.

3. Lava un tomate maduro y licúalo. Agrégale una cucharadita de jugo de limón a la pulpa molida. Colócala sobre tu cara, déjala actuar por 15 minutos. Luego enjuaga. Para darle más consistencia, puedes agregarle una cucharada de avena, que limpia los poros y también ayuda a combatir el acné, mientras que actúa como un suave exfoliante y humectante natural.

4. Corta rodajas de tomate y ponlas directamente sobre tu rostro, frotando y presionando ligeramente para que la piel absorba el jugo. Deja reposar durante 5 a 10 minutos, lávate la cara con agua fresca y sécate con un paño fresco.

Para las quemaduras

El tomate también tiene propiedades cicatrizantes. Después de quemarte, limpia bien la zona con agua fresca. Después, saca la pulpa de un tomate con una cuchara y procésala junto con el interior de un tallo de aloe vera. Aplícalo sobre la zona afectada y déjalo actuar durante 15 minutos. Luego, retira cuidadosamente con agua fría.

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