Si fuese yo el de esa lancha, no hay probabilidad de que hubiese actuado con tanta valentía.
No quiero adelantar lo que verás en el video a continuación, pero una imagen vale más que mil palabras, y en ciertos casos, puede dar una visión equivocada de las cosas. Y es lo que probablemente ocurre aquí: un tiburón, su boca abierta de par en par, y los dientes (las 5 o 6 corridas de dientes), que en total suman cientos de filosas, blancas y absolutamente espeluznantes armas capaces de partirte en la mitad. ¡Ufff, qué miedo!
Se trata de un tiburón blanco hembra en las cálidas aguas del sur de Australia, que por extraño que nos parezca, sólo estaba curioseando. Un animal de casi 5 metros de largo, uno de los soberanos del océano, sin intención de probar bocado, sólo curiosear. Y para eso, necesita abrir su enorme boca ya que es la manera que tienen de “olfatear” y registrar todo a su alrededor los tiburones.