Por Candela Duato
9 noviembre, 2014

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Este artículo fue originalmente escrito por Noemí Carnicero Sans. Para ver más, visita su blog La Subasta de la Vida.

No quiero el candado, quiero la llave.

Llévame a cruzar el puente que hay entre tu boca y la mía y pídeme que encadene nuestro amor al único lugar en el que me apetece sentar las bases: la libertad. La que, sin poseerme, te permita coser una historia a mi lado. La que, sin necesitarte, me invite a amar cada esquina de tu cuerpo.

Dame la llave. Pero no me des las instrucciones.

Quiero ir jugando con todos sus movimientos, con todas sus posibilidades. Quiero aprender de esta aventura a base de aciertos y errores. Que los aciertos terminen en tus labios, y los errores bajo el cobijo de tu paciencia.

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No me des el candado, dame la llave.

Bríndame la oportunidad de estar contigo aún pudiendo estar en cualquier otra parte. La opción de escogerte a ti cada día de mi vida, convencida de que tus brazos son el mejor lugar en el que podría encontrarme.

No me obligues a colgar candados en ningún puente.

No me invites a comprometer mis palabras a un futuro incierto. Convénceme de que hoy, tú, eres mi mejor plan. De que tu compañía es merecedora de mi tiempo y de que el tuyo, es el que quieres que avance junto a mí. Convénceme hoy para que, mañana, siga creyendo en que “siempre” es posible.

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Y viajemos.

Pero más que el uno con el otro, el uno en el otro. Déjame descubrir el mundo en cada poro de tu piel. Sobrecogerme con tus suspiros, ganar en vida con alguna de tus miradas. Invítame. Invítame al baile en el que tus sueños y los míos se cojan de la mano para danzar con la canción que nosotros escojamos. Al baile en el que nuestra complicidad se ponga a prueba y nuestras sonrisas se batan en un pulso. En aquel en el que gane la sonrisa con la curva más vertical.

Y, por último, no me esperes despierto.

Porque cuando te duermas, siempre tardaré cinco minutos más. Y es que mi realidad estará por encima de mis sueños. Y mientras puedas estar fuera de ellos, no habrá peor idea que la de perder la conciencia sabiendo que, el compás de mi vida, se regirá por las respiraciones que se produzcan a mi lado.

Original.

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