Estar embarazada es todo un acontecimiento en la vida de una mujer, sin embargo, muchas veces no es sencillo lidiar con eso y nuestro trabajo. Desde el miedo que implica incluso llegar a perderlo, pensar en cómo sobreviviremos la vida laboral con una pequeña panza y un bebé que va a nosotros para todos lados y vivir con los antojos de cosas dulces sin que nadie no esté diciendo que no deberíamos comer tanta azúcar… bueno, la vida en la oficina ya es complicada y cuando tienes un bebé lo es aún más.
1. Cuando no sabes qué pasará cuando le digas a tu jefe que estás embarazada…
2. Especialmente porque no era que estuviese planificado
3. Cuando finalmente lo haces te sientes casi como una adolescente comunicándole a sus padres que está embarazada de 9 meses y a punto de dar a luz
4. Luego, cuando tus compañeros se enteran de las noticias comienzan a verte con otros ojos
5. De hecho se vuelve común que intenten tocar tu panza o incluso monitorear si has ganado peso
6. Pero ya sabes, todo es por tu salud
7. Y siempre te comparan con la otra chica embarazada de la oficina, porque ya sabes, todas las embarazadas son más de lo mismo
8. Tus superiores comienzan a calcular fechas, preguntándose si lograrás completar tus proyectos antes que el bebé nazca
9. Y tu jefe ha mencionado más de una vez, con bastantes nervios, si es que acaso piensas volver a trabajar luego del bebé
10. Estás harta de que todo el mundo te diga que tienes un ‘brillo especial’ cuando sabes que tienes ojeras que llegan hasta el suelo luego de no haber podido dormir en toda la noche porque el bebé se movía mucho
11. Pero bueno, a pesar de todo, sabes que los extrañarás y ellos a ti cuando llegue el momento de irse a casa y dar a luz a un pequeño y maravilloso bebé