Por Simona Villela
10 octubre, 2014

Timothy Archibald comenzó a fotografiar a su hijo autista Elías cuando tenía 5 años. Su objetivo era documentar el extraño e incomprensible mundo de su hijo, pero el proyecto se convirtió en mucho más que eso.

Elías tiene una necesidad por la repetición, ama los objetos mecánicos y Timothy se dispuso a documentar estos hábitos y rituales que a menudo son molestos. Sin embargo, con el tiempo Elías se involucró más en el proceso y ayudó a configurar y organizar lugares y poses.

De acuerdo a Timothy su proyecto Echolilia le ayudó a entender la situación, su papel como padre, pero lo más importante, a aceptar las diferencias de su propio hijo. Esos hábitos que primero lo volvían loco cambiaron a través de sus fotos. En Echolilia, padre e hijo a crearon su propio lenguaje visual, gracias al cual se pueden comunicar entre sí, incluso cuando no hay palabras que ambos puedan entender. De hecho, Elías recibe atención positiva a sus rituales, puede compartir algo con su padre, e incluso ha comenzado a tomar sus propias fotos.

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