¡Sus padres deben estar orgullosos!
Por voluntad propia, este niño fue ahorrando el dinero que le daban sus padres, todo para dar de comer a la gente sin hogar de su barrio. Compró ingredientes para hacer sándwiches, también compró frutas y deliciosos chocolates. Puso los almuerzos en bolsas de papel y luego salió a repartirlos por el vecindario. Aquí una foto de lo que se decidió a darles de comer a las personas que encontró:
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Y su orgulloso padre ayudándolo con los sándwiches:
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¡Muy pronto su plan se va concretando!
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Con todo listo, salen a hacer el bien por las calles:
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Él logra cumplir su sueño y sus vecinos sin hogar estar un poco menos hambrientos:
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Su generosidad es enternecedora.