Por María Gana
10 noviembre, 2014
Artículo original escrito por Alena Hall para Huffingtonpost
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“Ser considerado con los demás te llevará a ti y a tus hijos más lejos en la vida que cualquier bachillerato o título profesional.” – Marian Wright Edelman 

Edelman, una reconocida activista estado unidense, no solo ha dedicado su vida a pelear por los derechos de niños desamparados, pero también ha servido como una fuerte defensora de actuar con consideración con los demás. Ser considerado, una de las raíces de la bondad pura, viene en varias formas y tamaños. Y ya sea que ofreces un cumplido solo por el bienestar emocional de los demás, o compartes lo que tienes sin esperar nada de vuelta, lo que te lleva a actuar consideradamente es un sentido de cortesía.

 

Abdulla M. Abdulhalim, un candidato a Doctorado en investigación de servicios farmacéuticos de la Universidad de Maryland, sirvió como residente del Presidente en el 2012. Junto con otros seis seleccionados para el programa, Abdulhalim examinó el tema de la cortesía, el ser considerado, y por qué las dos son importantes y cómo la universidad podría ayudar a abordarlas para la sociedad en conjunto.

 

“Nos gustan las definiciones simples,” le dijo Abdulhalim a The Huffington Post. “La cortesía realmente es un término más amplio comparado con ser considerado. Es simplemente ser agradable, y no es solo una actitud de benevolencia, consideración y relación con otros individuos. También implica un interés real y activo en el bienestar de comunidades e incluso preocupación por la salud del planeta. Realmente tienes que hacer un esfuerzo para ser cortés. Y ser considerado es solo parte de ser cortés.”

 

El tomar un acercamiento pasivo a comportarse con consideración con los demás puede provenir de nuestra naturaleza subconsciente más que de nuestras acciones intencionales. Sin embargo, eso no significa que no podamos hacer un poco de esfuerzo hacia ser más considerados de los que nos rodean y del planeta. Aquí hay siete hábitos que destacan a la gente considerada – y cortés – de los demás.

 

La práctica de la empatía.

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Se [amable], cada persona que te encuentras está librando su propia batalla.” – Reverendo John Watson (también conocido como Ian MacLaren)

Una cosa es tener un sentido de empatía y otra es ponerlo en práctica. La gente considerada no solo es capaz de ponerse en los zapatos de los demás en sentido figurado, ellos también eligen activamente ver el mundo más allá de ellos mismos. Su sentido de la compasión por otros los lleva a conectar, y ellos obtienen alegría y satisfacción personal de este intercambio altruista.

“Creo que cuando alguien no actúa de esta manera, el comportamiento en sí se ve como realmente egoísta,” dice Abdulhalim. “Nadie nunca va a entender la perspectiva de otros a menos que tomen la mano de esa persona y consideren como ellos ven las cosas.”

Sonríen con frecuencia.

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Créanlo o no, escoger sonreír crea un impacto significativo en como los demás te perciben a ti y a tu presencia, sin mencionar tu estado de ánimo. De acuerdo con Abdulhalim, el cuerpo usa 42 pequeños músculos diferentes para sonreír, mientras que fruncir el cejo es el default. Haz el esfuerzo para sonreír por el efecto positivo que tiene en los que te rodean.

Abdulhalim sugiere crear un recordatorio para ti mismo para poder desarrollar este hábito. “En la entrada de mi edificio aquí, por ejemplo, hay un gran cartel que dice ‘Cortesía, poder,’ y diferentes frases que me recuerdan que tengo que sonreír a la cara de un extraño, o quizás abrir la puerta para alguien que no conozco, o incluso dejarlos entrar en el ascensor primero,” dijo él. “Creo que también es muy útil practicar contigo mismo. Hay una diferencia enorme entre sonreírse of fruncir el cejo a sí mismo frente al espejo. Te darás cuenta de cómo te ves diferente. La gente solo no sabe cómo se ven cuando fruncen el cejo o cuando ponen una gran sonrisa.”

Son intuitivos con las necesidades de otras personas.

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Si canalizas tu sentido de la empatía y consideras como otros a tu alrededor se sienten, elige actuar con esa información. Nunca se sabe, simplemente preguntarle a alguien que cómo está – sin importar el impacto en tu vida – puede hacer maravillas para su humor y auto-estima.

“Cuando te subes al ascensor y tienes 10 segundos para dejar una buena impresión o solo para mantenerte callado y mirar tu celular, yo creo que preguntar ‘¿cómo va tu día?’ solo para ser amable, eso es ser considerado,” dice Abdulhalim. “Enfrentémoslo: ¿realmente quieres saber cómo va el día de esa persona? ¿Es algo que le daría más o cambiaría tu vida? Especialmente si esa persona es un extraño. Viéndolo así, no quieres realmente saber. Solo lo preguntas porque quieres hacer que esa persona se sienta valiosa frente a ti. Y ese es el punto de ser considerado en esta situación – no es el contenido de la respuesta, sino que la intención.”

Tienen buenos modales.

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“Los modales son una percatación sensible de los sentimientos de los demás. Si tienes esa alerta, tienes buenos modales, no importa qué tenedor uses.” – experta en etiqueta Emily Post

 

Ser educado no comienza y termina con decir por favor, gracias, y de nada. Involucra un reconocimiento comprensivo de los sentimientos de otra persona, y la actuación acorde a ellos. Sigue la regla de oro y trata a los demás como quieres que te traten – desde ser puntual (respetar el tiempo de los demás) a no interrumpir a los demás (hacer uso de tu auto-control) a escuchar atentamente a lo que los demás tienen para decir.

 

“No puedes ser considerado si no estás realmente escuchando,” dice Abdulalim. “Realmente tienes que prestar atención y entender la información, he incluso repetirla dentro de ti, para luego dar buenas respuestas basadas en lógica. Escucha, procesa, y después actúa con lógica, y pasa esa lógica a través de la empatía en vez de solo decirla. Luego la respuesta debería ser lógica pero de una manera considerada.”

Ponen a los demás antes que a ellos mismos… a veces.

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“Aquel que no se considera a sí mismo raramente es considerado con los demás.” – David Seabury

 

El altruismo puede ser un arma de doble filo para la gente considerada. Mientras que darle prioridad a las necesidades de los demás antes que a las nuestras hace a la gente feliz y crea una sensación de realización para nosotros, usualmente perdemos nuestra habilidad para cuidar de nosotros primero cuando es necesario y decir que “no.” Sin embargo, encontrar el balance es tan importante como ser considerado en primer lugar – de otra manera, caemos en el reino de complacer a la gente, lo que nos lleva a un decaimiento de nuestra productividad, de acuerdo a Abdulhalim.

 

“Es difícil,” dijo él. “Pero practicar el ‘no’ en situaciones más pequeñas te ayudará a decir que ‘no’ en situaciones más cruciales. La práctica es muy importa. El punto perfecto es saber cuándo ser considerado de los demás y cuando ser considerado de ti mismo.”

 

Son pacientes – incluso cuando no tienen ganas de serlo.

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La paciencia está lejos de ser una característica pasiva. Puede ser difícil encontrarla – especialmente cuando nos sentimos estresados, agobiados, y rodeados de impaciencia en todos lados. Sin embargo, con mayor razón es importante encontrar la motivación y trabajar en ello.

“Mucha gente que he conocido que es muy agradable y considerada diría ‘¿Por qué debería ser considerara cuando el 95 por ciento de las veces termino en último lugar?’” dice Abdulhalim. “Y estoy de acuerdo con esa lógica, pero uno nunca pierde cuando es considerado. Todo depende realmente de cómo lo mires. Digamos que eres cortés con alguien y ellos no lo son de vuelta. ¿Por qué no usas esto como un motivo para poner un ejemplo sobre como la cortesía es realmente importante para todos? Esto te lleva a ser una influencia positiva. Si tienes esta influencia positiva, entonces tienes la motivación para ser mejor y para influenciar a otros de manera positiva.”

Se disculpan – pero solo cuando es justificado.

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Algunas personas dicen “perdón” incesantemente por miedo a ofender a los demás con cualquier y todo movimiento que hacen. Otros no se disculpan para nada, y se ven como mal educados e insensibles. Al igual que las tendencias de complacer a la gente de las personas consideradas y amables, las disculpas también tienen que encontrar un equilibrio.

“Perdón es una palabra grande,” dice Abdulhalim. “Significa que remordimiento por una acción que hiciste. Ser considerado significa pedir disculpas cuando cometes un error y cuando crees que has cometido un error. Pero cuando quieres complacer a la gente o pides muchas disculpas innecesarias, la única persona que se hace daño eres tú. Los primeros son usualmente menos productivos porque podrían no estar disponibles pero aún hacen tiempo para ayudar a alguien más. Entonces esa persona sabe que siempre están disponibles para ellos y siguen acudiendo a ti.”