Venga la muerte de tu esposo y te diremos exactamente qué tipo de viuda serías

Trato de mantener la compostura por el bien de mis hijos.

Lo niego a toda costa porque esto no puede estar pasando. ¡Es una pesadilla!

Respiro profundamente y pienso que esto no puede quedarse así.

No puedo creerlo pero me mentalizo para salir adelante.

En su celular. Las llamadas y mensajes seguro me dirán algo.

Sin duda miraría su mail, en la bandeja de spam, de recibidos, en todas.

Iría con sus amigos y con los vecinos y les haría muchas preguntas.

Sus estados de cuenta seguro que me mostrarán si pasó algo inusual.

No quiero cantar victoria pero creo que fue el colega a quien le ganó el puesto.

Aún estoy investigando. No quiero adelantarme a nada.

Comienzo a creer que fue un accidente o que lo confundieron. Nadie tuvo la culpa.

Lo más seguro es que es alguien que le ha seguido la pista por un buen tiempo.

Acepto. Lo que sea por tener más información de este asesinato.

¿Acaso están sospechando de mí? ¡Cómo se atreven!

Respondo pero no hablo de más, no quiero que mi investigación personal se arruine.

No, no, no y no. No declararé nada hasta llegar a algo.

Avisaría a las autoridades y que ellas hagan el resto.

Lo único que tengo claro es que lo haría pagar con dolor.

Me retracto. No haré nada al respecto.

Me movería sigilosamente para entrar en su grupo cercano. Atacaría cuando menos lo espere.

Verlo pagando tras las rejas ojalá que por el resto de sus días.

El gusto de saber que no me quedé de brazos cruzados.

Saber que mi familia y yo estamos a salvo de ese maleante asesino.

Ninguna. Si me hubiera vengado, me sentiría con culpa.