Rojo Frambuesa.
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Para activar las emociones, nada mejor que añadir alegría a la casa. El tono frambuesa irradia pasión, fuerza y profundidad. La clave es usarlo con moderación pues es un accesorio. Combínalo con colores chocolate o beige para suavizar la potencia del rojo. Lograrás un lugar increíblemente cómodo y acogedor, lleno de vida y tranquilidad.
Verde Oliva.
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Un color fresco, natural y tranquilo. El verde oliva es un tono inspirado en los paisajes mediterráneos de la Provenza Francesa. La combinación con el blanco lo hace equilibrado y campestre. Lo ideal de este color es darle un uso en zonas donde la luz tenga protagonismo, con el fin de resaltar el tono y otorgar refinamiento.
Azul Turquesa.
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El azul tiene la capacidad de transmitir calma, pero combinado con el verde y el blanco resultan en un azul turquesa capaz de revitalizar la mente de cualquiera. Una combinación con fucsias, negros, lilas y otros azules pueden devolverle la vida a cualquier casa que sienta un poco bajos los ánimos.
Palo Rosa.
Destine&design
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Femenino, delicado y potencialmente positivo. Inspira emociones amables y profundas. Es el color del amor altruista, y es lo que le dará un giro positivo a tu vida. La gentileza y la tranquilidad vienen de la mano del rosa. Combínalo con blanco y plata para potenciar la tranquilidad, y con fucsia, morado y café para darle un toque atrevido.
Púrpura.
Glugu
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Glugu
El púrpura es el color de la sofisticación. Aporta frescor, diversidad, elegancia y mucha modernidad a los espacios. Te darás cuenta que no importa con lo que decores tu casa, si una de sus paredes es púrpura, hasta el jarrón más simple toma vida propia y se convierte en una obra de arte. Si lo combinas con blanco, grises y colores piedra lograrás una casa digna de la realeza.
