¿Cuánto estás estimulando el desarrollo motriz de tu hijo?

Lo bajo con cuidado para que no vaya a caerse.

Le digo con cariño que ya sabe que la cama no es un juguete.

Dejo que siga saltando. Total, después puedo ordenarla.

Le preparo su desayuno favorito para que se ponga de buenas.

Lo siento en su sillita para que mire las caricaturas mientras yo preparo el desayuno.

Le pongo música y lo siento en su corralito para que se mueva.

Trato de convencerlo para que juegue con su propia pelota.

Dejo que juegue si es lo que quiere. Así aprenderá también a socializar.

Me lo llevo a otro lugar para que se distraiga y se olvide del asunto.

Se la dejo. Ya ves que así son los niños de imprudentes.

Se la cambio por uno de sus juguetes de verdad.

Se la quito porque si la rompe se puede lastimar la boquita.

Estoy de acuerdo, pero prefiero que mi bebé crezca más para llevarlo a la alberca.

Me parece muy bien porque así le pierden el miedo al agua.

Cada quien. De momento le estoy enseñando a aguantar la respiración en la bañera.