Por Daniela Bustos
1 julio, 2015

¿O serán los extranjeros el problema?

Cuando la gente viaja a París, todos parecen quedar enamorados de la Torre Eiffel, los croissants, el acento, el café y la atmósfera que se respira. Sin embargo, el único problema para algunos parecieran ser los franceses. De hecho, conozco a mucha gente que ha tenido problemas con ellos durante su viaje. Aún recuerdo la anécdota de una amiga neoyorquina que pidió direcciones en la calle y nadie la quiso ayudar, luego fue a un McDonald’s para ver si la cadena de comida rápida norteamericana era más amable con ella, pero lo único que logró fue salir llorando.

¿Será verdad? ¿Serán tan terribles? Alguna gente en Twitter opina que efectivamente sí lo son:

https://twitter.com/CharloteRothery/status/309063094519336963

“Aún emocionalmente inestable después de que una niña francesa me robara una Oreo de mi mano en la estación del tren #impresionante #francésmaleducado”.

“Soy 3/4 francesa, ¡pero aún soy capaz de disculparme si choco con alguien al caminar! #ARG #francésmaleducado”.

https://twitter.com/_kckkim/status/266648256371646465

“¡Maldición! No me apures cuando estoy a punto de comprar un abrigo de US$ 800 #francésmaleducado #enojada #idiotas“.

#jump#tower#eiffel

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Yo conozco a franceses que son simpáticos, educados y de buen corazón. Personas a las que jamás imaginaría haciendo una de estas cosas. No obstante, nadie puede negar la fama mundial que tienen por ser un poco duros con quienes visitan su amado país. “No te responden nada si no lo dices en su idioma”, “les pides direcciones y continúan caminando” o “los meseros te tratan pésimo por ser extranjero”, son comentarios que la mayoría de nosotros hemos oído.

Incluso los usuarios del sitio web TripAdvisor votaron a París como la ciudad más maleducada de Europa, mientras que otros reportes han mostrado a la “Ciudad del Amor” como la menos amigable, con los taxistas más desagradables y los meseros más agresivos. Sin embargo, el país sigue manteniéndose como el más visitado desde la década de los ochenta y sólo el año pasado recibió 84 millones de visitantes. ¡Una locura!

#paris #aaaaaaaaaaaaa

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Para terminar con esta mala reputación, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, hizo un llamado a los ciudadanos para que fueran más amables con los viajeros y así finalizaran con este estereotipo si querían seguir liderando la industria del turismo.

Si bien algunos aplauden esta iniciativa porque creen que los turistas debiesen tratarse como “un regalo a la nación”, otros creen que son los extranjeros quienes deberían aprender algo de su idioma para comunicarse con ellos y ser menos ruidosos/molestosos cuando estén “turisteando”.

¿Qué opinas?