Por Catalina Vásquez
20 abril, 2015

El simple contacto con un animal, puede bastar para robarnos el corazón.

Mientras realizaba el turno nocturno, Tara Holcomb, una bombero de Mount Dora, Florida, recibió una llamada bastante inusual. Se trataba de un animal atrapado dentro de la pared de una casa, por lo que la chica decidió partir de inmediato en su rescate.

Nadie entendía cómo se había metido ahí, ni de qué animal se trataba, pero Holcomb estaba determinada a sacarlo y tras revisar la chimenea y todos los rincones en busca de algún agujero, es que decidió entrar a picar. Con cuidado hizo un par de hoyos, y se puso a tantear en la oscuridad. “Mi mano dio con una pequeña bolita de pelos y una delgada cola. ¡Lo primero que se me vino a la cabeza es que estaba agarrado una rata!”, contó Holcomb en una entrevista a la página web The Dodo. “Me armé de valor, lo tomé y la sorpresa fue máxima”. Un precioso gatito, tan pequeño como la palma de una mano y que aún no era capaz de abrir los ojos.

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Tras comprobar que no habían más gatitos o su madre en el espacio de la pared, la bombero se subió a su camioneta y siguió su camino, todo esto con el compromiso previo de los dueños de casa, de que encontrarían una excelente familia para el pequeño.

La noche siguió su curso, otros incidentes llamaron la atención de Holcomb y el resto de los bomberos de su compañía, pero la verdad es que la mujer no podía pensar en otra cosa que no fuera en el adorable gatito. “No estaba concentrada ni conversadora, sólo recordaba a esa bolita de pelos, e incluso se me había ocurrido un posible nombre para él: Wall-E, comentó.

Al día siguiente la bombero preguntó a la familia sí es que ya le habían encontrado un hogar, y al comprobar que aún lo mantenían, es que tomó la decisión. “En unos minutos figuraba de vuelta a casa con Wall-E durmiendo sobre mi regazo, no pude dejar de mirarlo en todo el camino, se veía adorable dentro de un calcetín que le habían obsequiado para mantenerlo abrigado”.

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Gracias a la bondad de esta mujer, es que Wall-E, un perro salchicha mini y otro gatito, que fueron adoptados previamente, viven rebosantes de amor, cuidado y amistad. Un excelente ejemplo a seguir que me llena de orgullo.

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