Por Catalina Vásquez
14 julio, 2015

Una maravillosa historia que nos enseña la importancia de no discriminar a los perros con dificultades.

Kanga, es un hermoso golden retriver que fue abandonado en el campo junto a su hermano. La razón, Kanga es ciego y tiene defectos congénitos en sus patas delanteras, que le podrían dificultar ciertos aspectos de la vida. Pero, ¿Es por eso un perro menos valioso? ¿Es por eso un perro menos capaz de cuidar una casa o de ser el mejor amigo de los niños? La respuesta es un rotundo no y lo más triste de esta situación es que al igual que Kanga, son millones los perros en el mundo que darían lo que fuera por cambiar la sucia y fría calle por un hogar donde le entreguen cariño y protección.

Y es justo aquí donde se presenta el gran problema. Los humanos, por parámetros sociales, preferimos pagar precios bastante ridículos, por los perros de raza pura, antes que adoptar a uno de la calle. ¿Y qué es lo que conseguimos? Que cada vez sean más los que están desamparados por ahí, y aún peor, que los criaderos sigan creando a los de raza pura en exceso, o realizando experimentos para que estén a la moda, al tener las orejas de cierto largo, la cola enroscada o el hocico más chato.

No te pierdas la historia de Kanga a continuación. Te sorprenderá saber que hay personas con la suficiente compasión en este mundo cada vez más exigente, y que son capaces de preferir a un perro enfermo y de refugio, por sobre uno de criadero.

httpv://youtu.be/gF9wUlSENGc

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