Por Catalina Vásquez
15 mayo, 2015

“Mi trabajo es mi ambición. Mi vida, un sueño hecho realidad”, Steve Irwin. 

El 4 de septiembre de 2006, Steve Irwin o mejor conocido como “el cazador de cocodrilos”, murió bajo sus propias leyes. Todo sucedió cuando se encontraba filmando un documental bajo el mar de Queensland, Australia, y una raya látigo, le clavó la puntiaguda cola directo en el corazón. Un final terrible, pero bastante probable debido a su trabajo de riesgo y en el país con la fauna más peligrosa y venenosa del mundo. Un final terrible, para un hombre de tan sólo 44 años, con una mujer que lo adoraba, dos pequeños, miles de proyectos de conservación animal y aventuras por cumplir. Un final terrible, pero que no fue en vano, ya que este australiano, que prácticamente se crió en la naturaleza al ser sus padres los encargados de un zoológico, hizo todo lo que quiso, sin temores, ni frenos, y que por lo mismo, hicieron que se convirtiera en una fuente de inspiración para que todos nos atrevamos a hacer lo que nos apasiona.

Ve el video a continuación, realizado por Melodysheep e inspírate a hacer grandes cosas por ti y por el mundo que tanto nos necesita. 

https://youtu.be/tJL3PbwmfG0

 Video Original