Por Romina Bevilacqua
19 diciembre, 2014

El misterioso brote generalizado de lo que es llamado Trastorno del Colapso de Colonias (TCC) ha sido una fuente de gran preocupación para científicos, apicultores y agricultores comerciales desde el 2006, cuando las abejas trabajadoras comenzaron a abandonar a sus reinas y colmenas en números nunca antes vistos.

Los investigadores estiman que casi un tercio de todas las colonias de abejas en Estados Unidos han desparecido y todos sabemos por qué esta situación tiene consecuencias catastróficas: las abejas son el polinizador por defecto de la agricultura comercial. Casi todas las plantas que florecen requieren de animales para la polinización e incluso los cultivos autopolinizantes como los tomates, pimientos y berenjenas (todos los cuales son de la familia de las solanáceas), generalmente producen frutas de mayor calidad cuando reciben polinización cruzada por parte de las abejas.

Es difícil establecer la causa precisa del TCC entre los factores que producen estrés como el ácaro Varroe, los efectos subletales de pesticidas tales como los neonicotinoides, enfermedades virales, malnutrición y la pérdida creciente de su hábitat. El descubrimiento del año pasado es de una importancia potencial: Investigadores del servicio de investigación agrícola del USDA y la Academia de Ciencias de la Agricultura de China, publicaron recientemente en la revista de acceso abierto de la Sociedad Americana de Microbiología,  mBio, que el virus de mancha anular del tabaco (VMAT), un patógeno que típicamente infecta a las plantas, ahora se esparce entre las abejas.

Pero si te estás preguntando qué puedes hacer para ayudar a las poblaciones locales de abejas a sobrevivir, hoy es tu día de suerte. Hace unos días dimos a conocer la colmena que puedes imprimir para ayudar a las abejas, pero hoy el consejo es otro: puedes transformar tu jardín en un santuario para las abejas y aquí te decimos cómo.

1. Elige las plantas adecuadas

ABEJA

La abejas se alimentan de néctar, que está lleno de azúcar y es para ellas su fuente principal de energía, y polen, el cual les da proteínas y grasas. Para alimentar a las abejas durante gran parte del año, planta una variedad de especies que florezcan sucesivamente desde el principio de la primavera, cuando las abejas salen de sus nidos, hasta que regresen al fin del otoño. Debido a que las especies de abejas se adaptan de forma distinta a flores distintas, una variedad de formas de flores atraerá a abejas más diversas. Hay una tabla muy útil sobre las plantas que atraen a los distintos tipos de abeja (así como también otros buenos datos) en el sitio web Beespotter de la Universidad de Illinois, donde se pueden encontrar las campanuláceas (Campanulaceae), las fabáceas o leguminosas (Fabaceae) y las asteráceas (Asteraceae). 

También necesitan tener el color correcto. “Las abejas se sienten atraídas a las flores blancas, amarillas, azules o púrpuras”, escribió Renae Anderson en una publicación del blog de la USDA. “Además, ellas necesitan una variedad de tamaños, que van desde las grandes flores para los abejorros hasta las pequeñas y delicadas para las abejas de miel”.

Como regla general, las plantas nativas son mejores para atraer a las abejas nativas, pero las flores y hierbas más viejas (cuando están floreciendo) como cosmos, girasoles, malvarrosa, áster, zinnias, margaritas, aciano, dalias, caléndulas, equináceas, lavanda, romero, tomillo, menta, albahaca, borraja, mejorana, cebollines y bálsamo de limón también atraen bien. Evita nuevos híbridos que se cultivan por su apariencia extravagante a costa del néctar o polen.

Si estás considerando plantar un exótico arbusto de mariposas (Buddleia davidii, Buddleja davidii), deberías saber que a pesar de que produce mucho néctar, a menudo no produce el suficiente para un ciclo de vida completo de mariposas y abejas. Y si ya tienes uno, deberías cortarlo para que quede cerca al suelo a finales del invierno o principios de la primavera. La Buddleia florece en maderas nuevas, e incluso si el invierno es lo suficientemente agradable para que los brotes sobrevivan, pódala de forma drástica para estimular un crecimiento y florecimiento abundante.

Entre los vegetales que atraen a las abejas cuando están floreciendo se encuentran los melones, pepinos, cebollas, calabacín y calabazas.


2. Compra semillas orgánicas o sin tratar

Seeds

Haz que tus plantas crezcan a partir de semillas, sin tratar, en un suelo orgánico o compra plantas orgánicas para trasplantar. “Friends of the Earth” llevó a cabo un estudio piloto para determinar la cantidad de fertilizantes de las plantas de vivero comunes compradas en los centros de jardinería de retail en ciudades a lo largo de los Estados Unidos. Se concluyó que, “los resultados indican que las plantas amigables con las abejas que se venden en las tiendas de retail de Estados Unidos pueden contener pesticidas sistémicos en nivel suficientemente altos para causar efectos adversos en las abejas y otros polinizadores –sin advertirle a los consumidores–”.


3. Estilo de plantación

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El proveedor de semillas Botanical Interest aconseja plantar flores en grupos, porque “grupos más grandes de flores (en vez de la flor esporádica plantada sola) atraen más abejas”. El plantar en áreas soleadas es de importancia clave, ya que “las abejas prefieren alimentarse en áreas soleadas y protegidas donde no serán bombardeadas por el viento. Los lugares soleados producen también flores más prolíficas”.

Según Botanical Interests, “si intercalas algunas flores que las abejas aman con tus vegetales, eso ayudará a aumentar la polinización de tus vegetales y tendrás un mejor cultivo”. Si eres un jardinero quien, sin darse cuenta, deja que la albahaca o cebollines se descompongan hasta las semillas, entonces deja de sentirte culpable y siéntete virtuoso, ya que estos vegetales pueden estar alimentando a las abejas en la temporada tardía sin que lo sepas. En último lugar, intenta no poner plantas amigables con las abejas en lugares con mucho tráfico y (obviamente) usa zapatos.


4. Crea sitios de anidación

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Un poco de desorden ayuda mucho a que las abejas prosperen. Si puedes tener un espacio salvaje donde los pastos y hierbas no sean intervenidos a lo largo del año cerca de un borde del jardín, eso les dará material de anidación y refugio a las abejas. Y en vez de cultivar cada centímetro de tu jardín, deja un parche de suelo solo y que no esté cubierto de mantillo. Muchas abejas anidan en el suelo, aproximadamente a 12 centímetros bajo este. Otras especies anidan en maderas y cavidades viejas.

Y tal como todas las criaturas vivientes, las abejas necesitan una fuente de agua fresca. Pero según la Fundación David Suzuki ubicada en Vancouver, la mayoría no puede aterrizar en un bebedero de pájaros sin estrellarse. En vez de eso, crea en una bandeja o plato bajo una pared de piedras o un bebedero para abejas con canicas. Añade agua, pero deja las piedras expuestas para que sirvan como pistas de aterrizaje. Luego ubícalo a nivel de suelo en el jardín. “Ponlo cerca de las “plantas problemáticas” por ejemplo, esas que se llenan de pulgones y los insectos que se acercarán a tomar agua son los que te ayudarán con ellos. Cambia el agua a diario, añadiendo solo lo suficiente para recuperar lo que se ha evaporado al final del día”.


5. Limita los insecticidas

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Esto parece simple hasta que un enjambre de avispas invade tu patio y aterroriza a tus hijos. Son provocadas más fácilmente que las abejas y pueden picar más de una vez. Si debes usar uno, intenta usar uno de manejo integrado de pestes. Y lo más importante, como cualquier horticulturista te lo podrá decir, lee la etiqueta y sigue las direcciones al pie de la letra.

Visto en: Beespotter