Por Francisco Lira
6 diciembre, 2014

Es curioso a veces cómo las cosas terminan siendo. Las personas persiguen el dinero toda su vida, soñando y deseando que algún día serán ricas, sólo para despertar una mañana y darse cuenta que son más pobres que nunca.

O bien no tienen dinero o tienen un montón y son miserables, sin embargo, como he dicho, se encuentran más pobres que los pobres.

Por desgracia, no los puedes culpar por estar en una situación así. Bueno… Por supuesto que puedes, pero ya están caídos.

Cada persona en el mundo nace con un increíble regalo: el don de hacer decisiones por sí mismo. No hay una persona en este mundo que no sea capaz de tomar una decisión por si mismo.

Es cierto que cuando crecemos, confiamos en nuestros padres para la toma de decisiones, y a menudo nos lleva a seguir confiando en ellos por un largo tiempo, por lo que es difícil para nosotros llevar las decisiones de nuestras propias vidas una vez que somos adultos.

Pero al mismo tiempo, elegir no tomar una decisión es una decisión como tal. Así que estás realmente tomando las decisiones equivocadas una y otra vez y engañándote a ti mismo mientras lo haces.

Si realmente quieres hacer algo y seguir adelante con una decisión, lo lograrás. Pero al no hacerlo, claramente no lo quieres. Y eso está bien, es tu vida; ¡arruínala como tu quieras!.

Pero date cuenta que al optar por no tomar decisiones por ti mismo, estás dejando todo al azar y tu vida no es algo con lo que deberías apostar.

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Sin embargo, lo que sí puedes hacer es apostar con tu dinero. El dinero es a la vez maravilloso e imaginario. Claro, tenemos billetes de dólares y monedas, pero gracias a la era digital, es fácil ver el dinero como lo que realmente es.

Pronto, el dinero no será nada más que un par de píxeles en tu smartphone, lo que representará la idea de lo rico o pobre que eres.

Todos los que viven en países desarrollados miden la riqueza de una sola manera: con el tamaño de sus billeteras. Dejamos que un concepto imaginario gire en torno a toda nuestra vida. Creemos que tener dinero nos hace exitosos, útiles e inteligentes.

Creemos que no tenerlo nos hace ser personas inútiles, estúpidas y perezosas. La realidad es que tanto los ricos y los pobres se componen principalmente de idiotas. Incluso los idiotas pueden hacer una gran cantidad de dinero.

Pero eso no los hace ricos. Si eres estúpido, entonces eres pobre y por siempre lo serás. No quiero decir estúpido como el tipo de estúpido que “le toma mucho más tiempo para aprender algo que una persona normal”.

Me refiero al estúpido que piensa “No entiendo lo que realmente importa en la vida y me niego a explorar mi realidad porque estoy seguro de que con el tiempo encontraré la felicidad”. Esta clase de estúpido es lo suficientemente inteligente como para aprender, sino que elige gastar su energía mental solamente en cosas triviales, como el dinero.

Ahora, no me malinterpreten. El dinero es genial, es divertido, y hacerlo nos da un sentido de logro. Para ser honesto, amo el dinero, pero yo no creo que sea lo que es importante en la vida, o al menos, no es lo más importante.

Necesitamos dinero para vivir cómodamente, para ayudarnos a cumplir con algunas de nuestras esperanzas y sueños y si esas esperanzas y sueños son o no son honorables, es otra cuestión. Necesitamos dinero para asegurar el futuro de nuestros hijos.

Necesitamos dinero para alcanzar las cosas en la vida que nos harán felices. Afortunadamente, se necesita mucho menos para que esto se logre, de lo que la mayoría de la gente piensa.

Mientras que puedas darte el lujo de estar sano, estar cómodo, estar seguro, de ser financieramente estable y no tener que preocuparte por el dinero, entonces ya tienes un montón. Estás entre los “ricos” que cualquiera debe ser. Todo lo demás es superfluo.

A menos, por supuesto, que necesites más dinero para hacer algo que puede beneficiar potencialmente a un grupo mucho mayor de personas y no sólo a ti mismo. Sólo entonces es justificable tener millones y billones de dólares.

Sin duda, muchos de nosotros queremos coches deportivos, ropa cara, yates, juguetes, joyas, y eso está bien, siempre y cuando sea con moderación, pero si tienes más dinero del que necesitas, entonces debes utilizar la mayor parte de él para ayudar los que no tienen lo suficiente para estar sanos, cómodos, o para estar seguros.

Si no lo necesitas, entonces gástalo en alguien que sí lo hace. ¿Por qué atesorarlo? ¿Para qué guardarlo y no hacer nada con él hasta el día de tu muerte?. No estamos en el Antiguo Egipto, ¡no se va a ir contigo!. Tener dinero no te hace rico.

Las cosas imaginarias no te pueden hacer rico. Lo que te hace rico son las cosas que tienes que el dinero no puede comprar. Esas cosas y esas personas son las cosas más valiosas del mundo, porque no importa cuánto dinero tengas, nunca tendrás lo suficiente para comprarlos.

El conocimiento que tienes, la fuerza tanto física como mental, los recuerdos, los amigos, la familia, las risas, las lágrimas, las cicatrices de heridas dolorosas que haz vivido, te han hecho la persona que eres hoy, estas cosas son las cosas que realmente tienen valor en la vida.

Sólo la vida y lo que la vida es capaz de lograr es importante. Todo lo demás es exceso. Es inútil y es un derroche. Puedes tener todo el dinero del mundo y seguir siendo el hijo de puta más pobre que camina por la faz de la tierra. Estoy bastante seguro de que también te haría ser el más tonto.

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