¿Qué tan bien estás organizando tu vida?

Todas las noches, en mi cabeza planifico mi día.

Lo pienso mientras voy camino al trabajo.

Cuando lo recuerdo lo hago.

Nunca lo pienso, me agobia muchísimo más.

Está en en el coche, si me acuerdo la uso.

¡Tengo 3!

Una agenda me confunde más, solo apunto los cumpleaños.

Quizá en otra vida la tenga.

Jamás, no es algo útil.

Por las noches, a veces recuerdo que la tengo y la uso.

Claro, y en ella está mi vida.

Apunto algunos números telefónicos.

¿En qué momento ocurrió todo este desorden?

Miércoles y viernes para mi armario son un caos.

Lo primero es felicitarme porque lo organizo todo muy bien.

Cuando logro abrirlo, luego no lo puedo cerrar.

La noche anterior lo planifico, pero nunca lo cumplo.

Todo lo que hago en el día está previamente pensado.

Pero solo para las llamadas.

No me da tiempo para eso.

Si las acepto no puedo hacer nada de mis tareas diarias.

Cumplo con ir y desaparezco.

En mi agenda siempre son una prioridad.

A las reuniones familiares sí, las de amigos pueden esperar.

Nunca tengo tiempo para recibir gente en casa.

Todos los martes, ¡noche de karaoke!

Lo hacen, pero nunca estoy temprano en casa.

Si confirman con tiempo, mi casa está preparada para la fiesta.