1.
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Libros con ilustraciones y muy poquitas palabras. El niño comenzará a asociar ciertas palabras con las imágenes.
2.
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El niño aún no es capaz de seguir las historias por eso se recomiendan cuentos cortos sobre cosas de la vida cotidiana. Es probable que el pequeño vaya señalando a los personajes con el dedito mientras tú los describes.
3.
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Ya se pueden explicar historias breves y los niños comienzan a apreciar a personajes como hadas o gnomos. Las ilustraciones de fantasía pueden combinarse con situaciones cotidianas para dar paso a relatos de ficción.
4.
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A esta edad ya están interesados por historias con argumentos más complejos: es el momento ideal para historias fantásticas que anteriormente no hubieran entendido. Incluso se pueden añadir diversos contenidos como adivinanzas o dichos.
5.
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En esta etapa es mejor ofrecerle cuentos e historias de su interés. Es probable que elijan leer contenido con el que se identifiquen y que les abra nuevas puertas de conocimiento, pero es importante estar junto a ellos para explicarles las situaciones confusas.
