Sabemos cuál es el más grande de tus defectos según tus respuestas a estas preguntas

Cuando quieres algo, lo quieres en ese mismo momento y pobre de quien te diga lo contrario, porque eso desata tu furia más rápido que cualquier otra cosa. Puede ser porque tienes un ritmo de vida demasiado acelerado y así es como funcionas, sin embargo debes saber que a veces es necesario ceder para poder entender a otras personas.

Es probable que a lo largo de tu vida te haya sido muy complicado encontrar el reconocimiento y la confianza que crees merecer, es por eso que no soportas que alguien te cuestione a ti o a tus ideales. Es verdad que nadie entiende por lo que has pasado, pero también debes aprender que no todos pueden aplicar tus principios en sus vidas.

Es común que en cualquier tipo de relación desarrolles un sentido posesivo tanto por las personas como por cualquier cosa, ya que temes perderlos o nunca poder tenerlos. Sin embargo, tienes que aprender a manejarlos antes de que comiencen a dañar a quienes te importan, porque tu corazón es noble… Pero los celos, nunca lo son.

Las cosas que son tuyas, las quieres solo para ti y no eres capaz de sentir esas ganas de compartir con otras personas, especialmente tu dinero. Crees que si con tu esfuerzo lo has conseguido, solo tú eres quien puede disfrutarlo… Sin embargo, solo una vez que aprendas a compartir tus logros sabrás realmente lo que es la plenitud.

Sueles perderte fácilmente en cosas mínimas, incluso al punto de preocuparte por lo que realmente importa y dejando de lado algunas de tus responsabilidades. Quizás es porque pones demasiada dedicación en todo lo que haces o porque no sabes manejar tus prioridades, pero está claro que debes concentrar tus esfuerzos en relajarte un poco.