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Todavía no lo puedo creer.
Siempre creí ser una persona paciente hasta que conocí la historia del francés Ferdinand Cheval. En abril de 1879, él comenzó un majestuoso proyecto que le tomaría nada más ni nada menos que 33 años finalizarlo.
Durante ese tiempo, el cartero se dedicó a recoger con su carretilla las piedras que encontraba en su ruta laboral de 29 km. Gracias a ellas lograría construir su increíble obra: “Le Palais idéal“.
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En los 12 por 26 m2 del “Palacio Ideal”, se puede admirar una diversa mezcla de estilos arquitectónicos donde algunos detalles incluso parecen sacados de la mitología hindú. ¡Bastante curioso!
Se cree que el cartero se inspiró en sus fantasías infantiles y en todas las postales o revistas que llegaban a sus manos cada día.
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Daderot
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Él tuvo la intención de ser enterrado ahí tras su muerte, pero las autoridades no lo permitieron. Por lo tanto, pasó 8 años más construyendo su propio mausoleo en el cementerio de Hauterives. Una obra que terminó un año antes de fallecer.
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En 1969 se declaro al castillo como Patrimonio Cultural y hoy se le considera uno de los mayores ejemplos de “arte marginal”.
¡Realmente increíble!
