Si andas en la búsqueda de un lugar en Sudamérica que tenga arena, mar cálido, juventud, fiestas, deporte y que además el sol esté presente casi los 365 días del año, te cuento que Máncora es el lugar perfecto.
Podría llenar de buenos adjetivos a esta caleta de pescadores al norte de Perú y aún así me faltarían palabras para describirla. Este lugar rodeado por el Océano Pacífico se ha convertido en el principal punto turístico del país, atrayendo a miles de turistas cada año que vienen en busca de diversión y descanso. Una mezcla que puede sonar un poco extraña, pero que aquí sí puedes encontrar.
Después de tomar desayuno para tener gran energía que te dure todo el día, puedes pasear por las entretenidas calles de la caleta, donde podrás encontrar muchas tiendas de ropa y artesanía (como en el sector de El Faro). Luego, en el pueblo puedes anotarte para una clase (como yoga o cocina) o una actividad (como ir a la Poza de Barro, los Hervideros, los Pilares de Quebrada Fernández, Playa Pocitas o la Playa de Vichayito).
Si simplemente no quieres hacer nada, camina hasta la playa y recuéstate en la arena. Pero si prefieres las emociones extremas, aquí puedes practicar canopy, surf y buceo. Si lo tuyo son los animales, puedes ver ballenas, delfines y tortugas marinas ¡Hay para todos los gustos!
Gracias a que posee la corriente de Humboldt y la del Niño durante todo el año, podrás disfrutar de deliciosos platos marinos para recargar baterías antes de salir en la noche. La zona más popular es el Malecón, que se encuentra rodeado de restaurantes y bares a la orilla de la playa, permitiéndote mojar los pies mientras bebes un delicioso cóctel.
¡Cuidado! Corres riesgo de quedarte por siempre.