Por Daniela Bustos
13 enero, 2015
Jesco-Denzel
Fotografía de Jesco Denzel.

Con sólo 4 mil metros cuadrados con escasa vegetación y repleto de chozas, se cree que la pequeña Isla de Migingo alberga a aproximadamente 131 personas de Kenia y Uganda. Sin embargo, a sus habitantes parece no importarles el tamaño, ya que en este reducido terreno que equivale a la mitad de una cancha de fútbol en el Lago Victoria, se encuentran bares, salones de belleza, farmacias, hoteles y numerosos burdeles.

La isla ha estado en disputa durante muchos años, al encontrarse entre la frontera de Kenia y Uganda ¿La razón? ¡Mucho pescado! Las ricas aguas dulces son un paraíso para los pescadores de caña que vienen aquí en busca de oportunidades.

Fotografía de Jezco Denzel.
Fotografía de Jezco Denzel.
Fotografía de Jezco Denzel.
Fotografía de Jezco Denzel.
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Fotografía de Andrew McLeish.

Aproximadamente 30 millones de africanos dependen de los peces para su supervivencia, pero no por mucho tiempo, ya que el número se ha reducido en casi un 70%, causando una grave preocupación en los ambientalistas que usan esta situación como un ejemplo de las consecuencias por no tomar seriamente el cuidado del medio ambiente. Pero esto pareciera no interesarle a los pobladores que están enfocados en los US$ 100 que puede llegar a costar cada pescado.

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Fotografía de Andrew McLeish.
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Fotografía de Andrew McLeish.
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Fotografía de Jezco Denzel.

La falta de acuerdo entre ambos países para decidir quién era dueño de la isla, aumentó las tensiones entre los pescadores, prostitutas, policías y familias que debían vivir juntos a 25 kilómetros al oeste de la costa keniana. Sin embargo, Migingo pertenece a Kenia al estar dentro de la frontera internacional del país y marcada como tal en documentos oficiales que datan desde 1926.

Fotografía de Jezco Denzel.
Fotografía de Jezco Denzel.

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El 11 de mayo de 2009 el Presidente de Uganda Yoweri Musevi confesó que la isla era parte de Kenia, pero acusó que los pobladores de ese país practicaban la pesca ilegal en las aguas de Uganda que se encuentra a 213 metros. Frente a esto, los científicos dijeron que es en el pantanoso lago de Kenia donde crecen los peces, por lo tanto, incluso de no encontrarse en sus aguas, sí pertenece a ellos y tienen el derecho de atraparlos.

Finalmente, llegaron a un acuerdo donde el personal de seguridad de Uganda podrá cruzar a las playas kenianas para buscar comida y suplementos médicos. También accedieron a tener una Unidad de Control de Playa que contará con oficiales de ambos países.

Lo más curioso de todo, es que sólo a 200 metros al este de la isla se encuentra Usingo, que es más grande y está prácticamente deshabitada.

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