Tú no eres el único que aprende con las aventuras.
Los aventureros están conscientes de todos los beneficios que tienen los viajes, pero también conocen todas las situaciones adversas que deben enfrentar. Por esta razón, muchos prefieren mantener a sus hijos alejados de todo el drama y deciden ir de vacaciones a lugares más “seguros” para ellos.
Pero Aimee Chan, editora y fundadora de suitcases&strollers, ha viajado por casi todo el mundo y cree que los padres protectores deberían hacer todo lo contrario. A continuación te dejo el artículo donde ella explica todas las enseñanzas que los niños ganan durante los viajes:
Las Navidades de mi familia pueden ser poco convencionales. Una vez llevamos a nuestro hijo de 2 años a Sudáfrica y algunos de mis amigos hicieron saber su descontento. Dijeron que me regalaba a mi misma un safari de vacaciones, en vez de darle un árbol de navidad a mi hijo, aprovechándome de que él era demasiado joven para protestar.
Para su tercer cumpleaños lo llevamos a viajar por Malasia. Dividimos el fin de semana entre una visita a un submarino real afuera de Malacca y un parque temático en Johor Bahru. No pudo dejar de hablar de ello por semanas. Apenas se acuerda de la pequeña fiesta que le hicimos.
Esos viajes fueron tan exitosos que se convirtieron en nuestra tradición familiar: esforzarnos para tener vacaciones interesantes y únicas. A pesar de lo que puedan pensar, el tiempo me ha demostrado que mis hijos recuerdan estos momentos en ambientes extraños mucho más que a las golosinas y a abrir regalos.
Sí, mi esposo y yo disfrutamos una cata de vinos de Stellanbosch y del increíble servicio de niñeras mientras nos fuimos a un safari. Pero lo más placentero (y sorprendente) fue ver a mi hijo reconocer diferentes animales y aprender sobre distintos ambientes. Al otro lado del mundo, él vio montañas por primera vez en su vida. En nuestro camino hacia Malasia, no sólo se sentó (nuevamente sorprendiéndome) sin quejarse en la fila de autos en el control de inmigración, sino que también comenzó a entender el concepto de “países” en los pasos fronterizos.
Cuando decidí comenzar mi sitio web de viajes familiares Suitcases&Strollers, fue porque vi la oportunidad de hablarle a otros padres con mentalidades similares, quienes crecieron con las publicaciones de Lonely Planet y luego avanzaron hacia las Guías de Lujo. Pero que después, de alguna forma, se encontraron a sí mismos con hijos pequeños y ninguna guía. Desearía haber tenido un artículo que me dijera si valía la pena arriesgarnos a contraer malaria para ver las Cascadas Victoria, o si Johannesburgo es realmente tan peligroso para las familias como todos dicen.
Al intentar traspasar la información, historias e ideas que tanto quería, entrevisté a una madre soltera que viaja permanentemente y ha llevado a su hijo a 12 países. Hablé con una familia que tiene dos hijos menores de 6 años y aún así decidieron armar sus mochilas e irse de viaje. Aprendí sobre un valiente chico con parálisis cerebral que juntó dinero para los niños pobres de Camboya.
Es inspirador saber que puedes llevar a tus pequeños a Sudamérica sin gastar excesivamente. O que si bien un crucero puede sonar algo anticuado, también puede resultar algo increíblemente genial.
Los padres deben saber que no necesitas ser conservador sólo porque tienes hijos. No tienes que ir a un acuario a ver peces, cuando puedes enseñarle a tus hijos a bucear. Los hoteles no siempre son la respuesta; a veces lo que parece ser un medio de transporte (como una van o un bote) pueden ser las vacaciones familiares en sí.
Si expones a tus hijos a tantas partes del mundo como sean posibles, ellos aprenderán donde encajan y lo afortunados que realmente son. Pasar tiempo en un país o en un ambiente distinto, puede llevarlos a aprender sobre historia, culturas, lenguajes, preservación y pobreza (de un modo que los marcará para el resto de sus vidas).
No todos tienen la oportunidad o deseo de renunciar a su trabajo, vender su casa y sacar a sus hijos de la escuela por un año para recorrer Australia, como uno de mis entrevistados. Pero puedes criar a un ser humano preocupado, generoso y consciente al llevarlo a ver animales en su hábitat natural o dejándolo jugar con los niños locales de otro país. Incluso un viaje a otra ciudad puede ser una experiencia de aprendizaje si lo llevas al museo y le hablas sobre cómo se construyó el lugar. El entender de dónde vienen otras personas nos enseña mucho sobre nosotros mismos. Y yo creo que eso es realmente el mejor regalo.
Visto en HuffPost.