Abundante vegetación que incluye palmeras, eucaliptos y algarrobos más una hermosa laguna de color esmeralda, se pueden encontrar en un exuberante oasis en medio del desierto peruano. Huacachina es el nombre de este hermoso lugar provocado por corrientes subterráneas, el cual se encuentra a 5 kilómetros al oeste de la ciudad de Ica.
Algunos viajeros lo dejan de lado por otras atracciones como Machu Picchu o Titicaca, pero no saben que se están perdiendo -literalmente- un oasis. Es tan pequeño que actualmente viven cerca de 100 personas. Pero esto no tuvo gran importancia para quienes lo consideraban uno de los balnearios peruanos más exclusivos alrededor de 1940 y hoy es una gran atracción turística.
Aquí puedes rentar equipos para esquiar en las dunas (sandboard), disfrutar en algunos de los bares que rodean la laguna o realizar un paseo en bote. Hay muchas actividades que hacer en este reducido espacio.
Existen dos versiones de cómo surgió el nombre del oasis, la más popular cuenta la historia de una hermosa doncella llamada Huacca China, quien estaba enamorada de un joven guerrero que murió durante una batalla. Desde entonces ella lloraba todos los días en el lugar donde conoció a su amado. Un día, a través de su espejo, vio que alguien la observaba y salió corriendo. El espejo se cayó, rompiéndose y dando lugar a la laguna. Los vestidos que la cubrían también cayeron y formaron las dunas. Finalmente, ella se convirtió en una sirena que cada noche de luna canta su antigua canción.
