Por Daniela Bustos
21 enero, 2015

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Una increíble historia se esconde detrás del diseño poco convencional del Hostal Celica en Ljubljana, Eslovenia. A fines del siglo XIX (1882), en los tiempos del imperio Austro-Húngaro, fue una prisión militar que funcionó por casi 100 años hasta 1991 cuando Eslovenia logró su independencia al separarse de Yugoslavia.

Para no dejar este lugar en el olvido, las autoridades de la ciudad en conjunto a la Organización de Estudiantes de Ljubljana y el Centro Cultural Metelkova, llevaron a cabo la renovación que incluyó a más de 80 artistas de alrededor del mundo que trabajaron para abrir las puertas del hostal en julio de 2003.

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Hoy cada una de las 22 celdas es una verdadera pieza de arte. En el segundo piso podrás encontrar dormitorios con capacidad para 4 hasta 12 personas, cada uno decorado con mosaicos artísticos y estructuras de cama elaboradas a mano por Matej Bizovičar. El área común del piso superior es la zona más iluminada de todo el edificio y está rodeado de largas murallas de vidrio que ofrecen una vista de toda la ciudad.

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Si necesitas un descanso ¡No te preocupes! Hay una sala de estar llamada “Punto de Paz” donde no existen barras en las ventanas o puertas, y está decorado con un espacio dedicado para practicar la religión que desees (catolicismo, islamismo, judaísmo, budismo o hinduismo) o simplemente para quienes buscan un poco de silencio.

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Probablemente la única celda de Eslovenia donde disfrutarás pasar la noche.

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