Por Daniela Bustos
20 marzo, 2015
alternopolis

¿Te atreverías a subirte?

¿Recuerdas cuando tu madre te empujaba gentilmente en el columpio del parque cerca de tu casa? Bueno, esto no es nada parecido.

La mayoría de los mochileros ya saben de dónde estoy hablando. Pero para quienes aún no saben a qué me refiero, en la turística localidad de Baños en Ecuador se encuentra la Casa del Árbol con una temida atracción para quienes la visitan: el columpio del fin del mundo.

El nombre ya es lo bastante llamativo para lograr que cualquiera deje lo que está haciendo y corra a sentarse en él. Sin embargo, debes saber que toda entretención tiene un precio y en este caso sea probablemente tu vida.

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Sólo los más aventureros se atreven a correr el riesgo de caer por un gran acantilado de 2660 metros. Pero todos se sienten pagados una vez que pueden apreciar la maravillosa vista al volcán Tungurahua con adrenalina en el cuerpo y viento en el rostro.

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Si crees que la seguridad para tal tipo de actividad debe ser muy buena, probablemente deba confesarte que no existe ninguna. Eres sólo tú sentado en el pequeño trozo de madera, con las manos aferradas a la cuerda que van amarradas a la vieja casa del árbol. Es tan liberador como aterrador.

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De todas maneras va a mi lista de “cosas por hacer antes de morir”.

Imágenes de BoredPanda.

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