Déjate llevar.
Muchas personas creen que todas las vidas deben regirse por el mismo molde: terminar primaria, salir de secundaria, graduarse de la universidad, trabajar, encontrar una pareja, casarse, tener hijos, ahorrar para la jubilación e irse a vivir a la playa.
Pero “la vida pasa” y a veces las cosas no resultan como nos gustaría. Siempre hay cosas nuevas apareciendo en tu camino que te sacan de lo planeado. Y si crees que lo tienes todo cubierto, créeme que “la vida” encontrará la forma de entrometerse en tu pensada organización.
Desde pequeña tenía una idea de lo que debía ser mi destino: terminar la escuela a la edad indicada, salir de la universidad con buenas recomendaciones y estar casada antes de los 30 años. Afortunadamente abrí mis ojos y descubrí que no podía pasármela organizando planes que quizás no funcionarían.
Aprendí a dejarme llevar, pero algunas cosas me seguían frustrando, ya que al parecer mi generación seguía viviendo en una burbuja donde todos seguían el mismo patrón. Por eso decidí irme de viaje por mucho tiempo para ver cuáles otras posibilidades habían en el mundo y gracias al universo conocí a personas que me mostraron estilos de vida diferentes.
Así descubrí que el mejor plan es no tener un plan.
No, no está bien no saber quién eres, qué te apasiona, tus valores o una leve idea de hacia dónde apunta tu vida. Pero organizar cada minúsculo aspecto puede terminar en una gran decepción. No se trata de no saber nada, sino que se trata de adaptarte, de cambiar, de tomar lo que tienes y hacer lo mejor que puedes sin tener miedo a lo que suceda después.
Aprende a vivir en el ahora, a ver la vida tal como es y a recibir la incertidumbre. Es la única manera de que aprendas más sobre ti mismo y sobre cómo funciona el planeta.
No te imaginarás la presión que te quitarás de tus hombros al escapar del “estilo de vida cliché”. Si quieres seguir estudiando, bien. Si te quieres casar vieja, bien. Si no quieres ser madre, bien. Si quieres viajar por el mundo en una van, bien. ¡Pero haz lo que te apasiona!
No hay ninguna fórmula mágica para ser feliz y sentirte realizado. Todos tienen distintos caminos, distintos tiempos y distintas maneras. No te sientas fracasado si algo no funciona o no te encuentras en donde creíste que estarías a esta altura de la vida, ya que quizás estés tomando la ruta incorrecta o quizás no es lo que deberías estar haciendo.
Por eso me gustan los viajes largos. Es la manera más rápida y eficiente de enseñarte a aceptar la incertidumbre. Donde no tener un plan es el MEJOR plan, porque no sabes si al día siguiente llueva, si soportes a tu acompañante o si el dinero te alcance. Tu mundo se abre de posibilidades y empiezas a mirar cada cosa de manera distinta.
No tener una organización previa es excitante, ya que no tienes idea de qué pasará a continuación. No saber lo que estás haciendo deja la puerta abierta para que entre la aventura en tu vida. Aprenderás a conocerte mejor y a trabajar para llegar al lugar que te hace feliz.
¡Toma las oportunidades!