@JayAlvarrez
Sí, es amor real, sólo que de un tipo diferente.
Lo que más me gusta de viajar es la transformación que se vive en el interior de cada uno, ya que inevitablemente te acostumbras a vivir en la incertidumbre, abandonas las inhibiciones y dejas las preocupaciones que tenías en casa. Empiezas a mirar la vida de una manera diferente, abres tu mente a otras perspectivas, pruebas cosas distintas y experimentas cosas nuevas. Por lo tanto, no debería ser ninguna sorpresa que todo esto ayude a que nos enamoremos más fácilmente.
La terapeuta sexual Jane Greer PhD explicó esta relación entre viajar y el amor en la revista Paste Magazine, donde afirmó que al viajar -incluso antes de dejar nuestros hogares- nos damos “permiso” de experimentar cosas diferentes y/o placeres riesgosos, donde el romance sería el mayor -y más riesgoso- placer que podemos obtener.
@JayAlvarrez
Yo soy de las que viaja y se enamora. No por un largo período de tiempo, pero sí tengo romances intensos donde todo se siente como si fuera el personaje de una película. Y es que creo que si quiero vivir mi viaje al máximo, no puedo hacerlo sin poner mi corazón en todo lo que hago. Por lo tanto, no es difícil que baje mis barreras a personas que normalmente ni siquiera les habría dado mi número telefónico.
Greer afirmó que esto es más normal de lo que las personas piensan, ya que al decidir irnos en una aventura, automáticamente bajamos nuestra guardia para experimentar todo lo que sale de lo normal, como tener un romance con un extranjero.
Pero no sólo esto, ya que un estudio reveló que los altos niveles de adrenalina tienden a unir a la gente. Por lo tanto, si te sientes particularmente emocionado o estresado frente a un viaje, ¡anda preparándote! Según Greer estos sentimientos liberan adrenalina, así que el amor podría estar esperándote en el aeropuerto.
@JayAlvarrez
En general, cuando sales de vacaciones vas con una actitud tan libre que te importa muy poco lo que piensen los demás, incluyendo a esa cita internacional con la que has estado saliendo, por que en el fondo “nunca más lo volverás a ver”. De esta manera, haces las cosas con una comodidad que difícilmente tendrías en tu hogar lleno de responsabilidades, las convenciones sociales dejan de importarte y no te alteras por llamarlo al día siguiente ni por ponerle nombre a tu relación de tres semanas.
Como dijo Greer, vives bajo un “velo de anonimato” que te permite ser más espontáneo y mandar al diablo la opinión del resto. Así, la gente que vive llena de responsabilidades en su casa tiende a enamorarse más rápidamente durante sus vacaciones, ya que es su único tiempo de libertad donde se dan permiso para hacer todo lo que quieran.
@JayAlvarrez
Si a toda la información anterior, le sumamos paisajes hermosos, comida deliciosa y extranjeros guapos, ¿quién podría no sentirse parte de un cuento de hadas? No dejes que el miedo de romper tu corazón te deje de experimentar al máximo tu viaje. Disfruta la chispa y quizás dure o quizás desaparezca, pero los momentos vividos no te los quita nadie. Créeme, ¡vale la pena!