Por Daniela Bustos
30 enero, 2015

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A la mayoría les va a sonar un poco loco, pero para otros puede ser la aventura que han estado buscando.

¿Quién se lo hubiera imaginado? Esos cautivantes buques que transportan mercancía a largas distancias, que apilan 20 toneladas de contenedores como en un juego de Tetris y que pueden navegar a las esquinas más lejanas del planeta para entregar su carga, también transportan pasajeros.

Excepto que este no es el turismo que conocemos. Viajar en un buque de transporte de mercancía es probablemente la forma de viajar menos conocida, más secreta y fuera del radar que existe actualmente.

Durante una travesía rara vez habrán a bordo más de 10 viajeros que pagan, esta es la cantidad máxima que pueden acomodar. En el mundo hay alrededor de 30 mil buques oceánicos grandes, pero sólo un 1% de ellos transportan tanto carga como pasajeros. Ese 1% corresponde a cargueros y a barcos que transportan correo y suministros, los últimos suelen hacer rutas a comunidades costeras aisladas y a islas distantes.

Cuando arribes a un puerto, no encontrarás el típico turismo chillón, tampoco un bus turístico con 30 personas adentro y una señora moviendo su quitasol en el aire para mostrarte los lugares de interés o las tiendas de recuerdos. Súbete a un crucero si te gusta que te guíen, pero si eres una de esas almas que confía en sí misma y que disfruta explorar, un buque de carga podría ser tu propio yate privado gigante de 610 metros. Las ciudades portuarias son lugares que generalmente están fuera del mapa, en comparación a los típicos destinos turísticos, y descubrirás las atracciones vírgenes y exóticas que existen a poca distancia. La estadía promedio en los puertos es de un día, lo cual le brinda al pasajero más tiempo para explorar que en el típico crucero. Siempre están efectuando cautivantes operaciones de carga y descarga, un ritual fascinante que probablemente va a ocupar un poco de tus minutos en cada puerto.

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Sin embargo, la planificación es algo que no te debiese importar mucho si estás considerando tomar un crucero en un buque. Este inusual estilo de transporte le acomoda a los viajeros que no tienen un programa apretado. Si en serio quieres salir del mapa y viajar a los extremos de la tierra, lo que supongo que quieres hacer, ya que todavía estás leyendo, los itinerarios de navegación pueden variar entre dos semanas a 100 días, dependiendo de dónde te embarcas. Además, los buques se pueden encontrar con retrasos y llegar algunas veces a un puerto en la noche o decidir pasar uno de largo en el último minuto.

Pero bueno ¿Quieres saber cómo son las instalaciones? ¿Cómo es la vida adentro de un buque de carga? Como es de esperar, no están llenas de adornos, pero las cabinas de pasajeros son más espaciosas que las de un crucero. Las camas y los muebles son suficientemente funcionales y agradables, pero no son elegantes. Están situadas en las cubiertas superiores, te toca un baño privado, aire acondicionado, probablemente un refrigerador pequeño, una televisión y vistas desde tu ventana que pueden o no ser obstruidas por alguno que otro contenedor.

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Algunos buques tienen piscinas, pero no ofrecen casinos o espectáculos rimbombantes. De hecho, no debiese haber ningún tipo de actividades organizadas con excepción de las comidas. Es un barco de trabajo y tú estás ahí para dar la vuelta del viaje. Los oficiales y la tripulación suelen ser amistosos y darle la bienvenida a una nueva cara, pero están contratados para hacer funcionar el barco, no para entretener a sus pasajeros. En cuanto a la gastronomía, no hay dos buques iguales y los menús pueden variar desde un estofado con ajo a platos picantes filipinos, todo depende de la nacionalidad del chef. Las comidas se comparten con el capitán y la tripulación en un comedor comunitario, pero -en algunas ocasiones- puede que la tripulación ase un pescado o incluso un cerdo en la cubierta.

Luego de la cena, no hay nadie que te presione para que participes en las actividades organizadas. Depende de ti mezclar tu whisky con soda, llevártelo para la cubierta de tu cabina y observar al sol esconderse. Aquí cambias la falta de los servicios de lujo por mucha privacidad.

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Me sorprendería si me enterara que Ernest Hemingway nunca viajó a uno de sus destinos en un barco de carga. Tal vez lo hizo y no lo sabemos, porque así de buenas son estas naves para desaparecer. Una de sus influencias cuando era un joven escritor era Joseph Conrad, comúnmente conocido por escribir “El Corazón de las Tinieblas”, el cual después adaptaron a la película Apocalyse Now. Conrad pasó casi veinte años de su vida como marino mercante. Sus historias -incluyendo a “El Corazón de las Tinieblas”- están inspiradas por sus viajes personales de juventud en estos barcos de transporte de mercancías a territorios lejanos, que solían ser controlados por rutas de comercio europeas.

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No obstante, si Hemingway nunca hizo este tipo de viaje, muchos escritores y artistas que estaban en búsqueda de una historia sí lo han hecho. Ya sea al escuchar las aventuras marítimas de un miembro de la tripulación veterano o sentado en una silla de cubierta mientras estás escuchando a las gaviotas y a las olas, este es un viaje que va a desafiar el espíritu humano en medio de lo que se suele sentir como un mundo indiferente.

Sobre la piratería…

Si viste a Tom Hanks en Captain Phillips, sé lo que estás pensando y yo también lo estoy. La piratería es, desafortunadamente, una actividad que todavía existe en algunas áreas del mundo y mi único consejo para eliminar este tipo de peligro es evitar los viajes que realizan rutas de alto riesgo. Pero para que lo tengan en consideración, Maya Jasanoff, una periodista estadounidense, entregó el testimonio de su experiencia en un área de alto riesgo en uno de sus viajes abordo de un buque de carga:

“Pasar por un área de alto riesgo produjo poco impacto en mi rutina, excepto que esta es una de las áreas del mar más calurosas, soleadas y calmadas que haya navegado hasta el momento. El capitán me entregó una silla de playa que sacó de una alacena para que pudiera tomar sol del lado sur de la nave. ‘Si ves un pirata, nos avisas’, me dijo el jefe de cubierta con una sonrisa cuando salí por mi caminata de la mañana. Una noche en el área de alto riesgo, hicimos una parrillada. Los oficiales, la tripulación (y la pasajera) tomaron cerveza Tiger, comieron carne asada y cantaron karaoke hasta tarde, en medio de una noche ventosa y estrellada”.

Más información sobre informes de piratería: The International Maritime Organization.

Enlaces para empezar a averiguar: La guía de internet para un viajero en un transporte de carga/Cruceros en buques de carga/Un buque de carga con piscina

Visto en Messy Nessy ChicImágenes de AlJazeera.

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