El laberinto más grande del mundo es otra razón más para visitar Italia

Un laberinto representa la idea de perderse y volver a encontrarse ¿Quién quiere venir a jugar?

El siguiente artículo fue escrito por Giacomo Talignani:

Bambú, el perro terrier, es un excelente guía. Corre en sus cuatro patas a través del laberinto y vuelve sólo cuando su dueño, Franco Maria Ricci, le silba para que regrese. Ricci, vestido con un abrigo color beige y parado al frente de una entrada flanqueada por enormes bambús creados a partir de 25 tipos diferentes de juncos, es el dueño de esta real extravagancia. Tiene 77 años pero habla y sueña igual que un niño.

Es un domingo soleado en la zona del Río Po. Nos encontramos en Fontanellato, justo afuera de Parma, y las pequeñas carreteras que atraviesan el territorio entre Via Emilia y la Autostrada del Sole, la carretera más grande de Italia que atraviesa el país de Norte a Sur, se encuentran prácticamente desiertas. Los halcones se posan en los postes eléctricos y los grandes campos están llenos de elegantes garzas. Aquí, rodeado de silencio y vegetación, Ricci ha construido el laberinto de bambú más grande del mundo. El editor, bibliófilo y visionario, bromea con el hecho de que “ahora mismo soy el primero y eso me gusta. Sí, lo construí, pero sabes inmediatamente que los chinos llegarán en cualquier momento”.

Franco Maria Ricci en su biblioteca.

Su biblioteca está llena de estatuas de marfil y frágiles obras de arte, con paredes cubiertas con una colección de libros de 1100 volúmenes. En este lugar, cuenta que hace 10 años comenzó a pensar en la construcción del laberinto, luego pidió que lo dejaran solo para cuidar su jardín, vendió su editorial FMR (la que ahora está en proceso de comprar nuevamente), recaudó fondos y se preparó para el proyecto.

La Masone es un proyecto que podría atraer a miles de visitantes y generar “al menos veinte puestos de trabajo”. La fundación de Ricci fue creada para recolectar obrar de arte, libros y también hospedar y organizar exposiciones, pero como él dijo: “el laberinto es lo que atraerá a las personas a venir, el deseo de experimentar algo nuevo. Es la idea de perderse y de volver a encontrarse”.

La Masone: vista desde arriba. 

Es un jardín de 7 hectáreas construido alrededor de la casa principal, una estructura de colores pálidos con una pirámide en su cima. Cuando le preguntamos a Ricci si la construcción tenía algo de masónica en su estilo, él respondió sonriendo: “Sí, puedo ver la semejanza en ello. Pero realmente la amo por ser un símbolo de secularismo”.

Bajo la pirámide hay varias elegantes habitaciones que se llenan con la luz del sol y que están destinadas a ser el espacio para diferentes estructuras: tres restaurantes, un gran salón de baile, varias habitaciones de invitados, una librería y zonas para realizar convenciones. Luego, puedes encontrar los cuartos para hacer exhibiciones.

En el laberinto los setos están altos, el camino está un poco fangoso y muy poca luz se filtra hacia el interior. Las personas deben orientarse utilizando las huellas y escuchando a las voces de otras personas. Por otra parte, el perro Bambú no tiene ningún tipo de dificultad. Pero es muy difícil, ya que todos los setos son iguales y existen sólo unos pocos puntos de referencia. Lo único que ayuda a los visitantes a descifrar el camino que deben tomar es el ancho de algunos pasillos.

La pirámide: una capilla de oro donde te puedes casar.

Dentro de los pasillos.

Cuándo ir: El laberinto comenzará a abrir entre mayo y junio de 2015.

Precio: Aproximadamente 15 euros por entrada. Su dirección es Strada Masone 125, Fontanellato, Parma.

Arte: Mas de 5 mil metros cuadrados de espacios culturales destinados para la colección de arte de Franco Maria Ricci (cerca de 500 obras de arte que datan desde 1500 hasta el 1900), y una biblioteca dedicada a los ejemplos de tipografía y gráficos más ilustres, incluyendo los trabajos completos de Giambattista Bodoni y Alberto Tallone.

Estructura: Una librería, puntos de venta de productos de la zona, un bistró y un restaurante. Existen además habitaciones para pasar la noche, lugares para realizas convenciones, un salón de baile y una capilla en la que se podrán realizar servicios de matrimonio.

Una de las habitaciones dedicadas a exhibiciones.

La entrada a la Masone.

Casa Ricci, a solo pasos del laberinto.

El perro Bambú corriendo por el laberinto.

El patio interior de la Fundación.

El interior de la casa Ricci.

Dentro del laberinto.

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