Reemplazaron a los invitados y el menú de matrimonio por este viaje
Para Jeremy y Rachel, la idea de escoger un lugar, crear un menú, hacer una lista de invitados e invertir una gran cantidad de dinero en la celebración de su matrimonio era bastante desalentador.
Mientras planeaban todo esto, se sentaron en silencio pensando qué hacer y Rachel dijo: ¿Por qué en lugar de todos esto, no nos vamos a Islandia? Y así lo hicieron. Unas semanas después, sin mucho planes establecidos emprendieron rumbo a este paraíso.
En lugar de entrar a la iglesia, saludar mesa por mesa y agradecer a los invitados por su presencia, esta pareja estaba relajándose en paisajes únicos.
Disfrutando de aguas termales, recorriendo glaciares, visitando cascadas y diciendo “sí, acepto” en un lugar que los atrapó por completo: las ruinas de una antigua capilla que había sobrevivido a una erupción volcánica.
En este mágico lugar intercambiaron sus votos y anillos de la forma más íntima posible.
Estaban solos. Con la naturaleza como testigo de su amor. Se dieron el beso final, se abrazaron y siguieron recorriendo Islandia. Con el dinero que ahorraron al no hacer un matrimonio tradicional, ellos pudieron pagarle a un muy talentoso fotógrafo llamado Troy Moth, quien documentó este poco convencional y perfecto matrimonio.
¿Para qué invitados y excesos si tienes a quien amas y un paisaje perfecto?