Por Daniela Bustos
5 junio, 2015
@Moni_Bassani

De repente crees que eres inmune al alcohol y bebes como si no hubiera mañana.

Los viajes pueden sacar lo mejor de nosotros o lo peor. En general, puedes recibir toda la incertidumbre con los brazos abiertos y divertirte como puedas o sacar a relucir tus actitudes más negativas frente al estrés que traen las vacaciones. Algunas de estas reacciones podrían considerarse un poco dramáticas o infantiles. Es decir, eres tú mismo, pero a los diecisiete años, tomando malas decisiones y preocupándote por cosas sin sentido. Si bien lo siguiente es una exageración de lo que puede suceder durante este tiempo libre, más de alguno se puede sentir identificado con estas 7 cosas del verano que inevitablemente te hacen retroceder de vuelta a la escuela:

1. Apenas te pones tu traje de baño, vuelven todas esas inseguridades de secundaria

Crees que todos están juzgándote e inevitablemente te comparas con el resto. Pero lo que probablemente ya sabes- y deberías recordar durante estos momentos- es que la belleza va en el interior. Además, tener un cuerpo saludable es mejor que uno que se muere de hambre.


2. Todos compiten por la mejor imagen veraniega en Instagram

Hay personas que desean que sus vacaciones se vean increíbles frente a los ojos del resto. Tú debes recordar tomarlo de forma relajada y no como una competencia. Instagram es una buena forma de comunicarle a tus seres queridos lo que estás haciendo y nadie dice que no debas usar tu ojo artístico para captar las mejores de tomas para ellos. Sólo no lo hagas buscando la aprobación del resto.


3. Nadie se pone de acuerdo en absolutamente nada

Todos tienen una opinión sobre dónde deberían comer, dormir, salir, pasear, etc. Lo mejor en estos casos es recordar que el principal motivo del viaje es pasarlo bien, así que todos deberían ceder un poco en lo que desean hacer para llegar a un acuerdo que les acomode.


4. Aún tomas terribles desiciones románticas (y vergonzosas)

Sí, besarse en medio del bar con un hippie ebrio fue definitivamente una buena idea… Pero bueno, nadie puede negar que los amores de verano son parte del viaje. Si no le hace daño a nadie, tú sigue pasándolo bien. Además, ¿quién dice que necesariamente terminará rápido?


5. De repente crees que eres inmune al alcohol y bebes como si no hubiera mañana

El verano es una excusa para beber alcohol barato en grandes cantidades sin sentirte culpable por ello. ¡Son tus vacaciones! Sin embargo, nunca es malo medirse no sólo para vigilar tus acciones, sino que también para cuidar tu cuerpo.


6. Te olvidas de todas esas sesiones con tu nutricionista y comes lo que se te antoja

¿Hamburguesas a las 2 am? ¡Vamos! Sólo recuerda que una ensalada de vez en cuando no es nada de malo. Lo agradecerás cuando regreses a casa.


7. Terminas sin ningún dólar en tu bolsillo

Puedes tener un trabajo de adulto y un sueldo respetable, pero al parecer siempre seguirás gastando como un adolescente. Recuerda pasar un buen momento, pero vigilando tu billetera. No querrás amargar los buenos recuerdos del viaje con una deuda que debas pagar durante mucho tiempo después.

¿De cuántas eres culpable?

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