Por Daniela Bustos
24 marzo, 2015
weheartit

Comodidad versus aventura.

¿Dónde quieres ir? ¿Con quién deseas viajar? ¿Cuánto puedes gastar? Son sólo algunas de las preguntas básicas que debes resolver a la hora de organizar tu viaje. ¡Pero no creas que son las únicas!

Si bien la mayoría de la gente piensa que conocer los lugares de interés será bastante fácil, podrían llegar a sorprenderse con lo difícil que puede resultar.

Por esta razón, entre otras, algunas personas optan por seguir un tour pagado en su nuevo destino. Y aunque yo no soy una gran fanática, sí admito que tienen su lado positivo.

Para ayudarte en esta gran decisión, a continuación te dejo una lista con mi percepción de los “pros” y “contras” de tener un guía turístico:

PROS

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1. Si tienes poco tiempo en el lugar, un tour condensará en pocos minutos la información más importante de cada lugar y te llevará rápidamente a los distintos puntos de interés.

2. En destinos con situaciones políticas, civiles o económicas inestables, es definitivamente la opción más segura para quienes no se sientan confiados de recorrer por su cuenta.

3. Podrás realizar algunas actividades extremas que probablemente no podrías hacerlas sin un experto a tu lado.

4. Si no hablas la lengua local, tener un guía que hable tu idioma claramente es la mejor forma de entender todo sobre la arquitectura, vida salvaje, comidas, etc.

5. Puedes obtener descuentos de grupos e incluso entrar antes que el resto si tu compañía tiene un acuerdo con el sitio que visitas.

6. En algunas culturas más herméticas, la gente no está dispuesta a interactuar con turistas y te puedes sentir un poco mal. Pero cuando estás acompañado de un grupo nunca te sentirás solo.


CONTRA

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1. Los tours son mucho más costosos que hacerlo por tu cuenta. El único consejo es que antes de lanzarte a la aventura, investigues un poco sobre dónde irás para que no te sientas perdido.

2. Tienes tiempos limitados. Te dicen cuando caminar, comer y detenerte. Si vas por tu cuenta puedes tener plena libertad sobre lo que tú quieras.

3. No a todos les gusta ser “turista” y tener las comodidades a su alcance. Si eres más del tipo “viajero”, llegar a los lugares por tu cuenta es parte de la aventura.

4. No te mezclarás tanto con la cultura local. En cambio, si estás por tu cuenta estarás obligado a aprender un poco de su idioma y estilo de vida para lograr comunicarte y llegar a dónde deseas.

5. Hay lugares que simplemente no te muestran en los tours y que terminan siendo los más encantadores.

6. No contarás con una historia tan genial como la que tendrías haciéndolo todo por tu cuenta.