Ella está reduciendo la huella de carbono de los viajeros y al mismo tiempo genera trabajos sustentables en un antiguo sitio de desechos tóxicos.
Cuando la abuela de Magi Raible llegó al occidente en 1941 para trabajar en los astilleros de la isla Mare en Vallejo, California, probablemente nunca pensó que 74 años después su nieta regresaría a ese mismo lugar a lanzar su propia compañía. Tampoco se hubiese imaginado que LiteGear consistiría en una historia de éxito medioambiental, la antítesis del astillero naval que ahora se encuentra cerrado y que dejó a la ciudad del norte de San Francisco en un desastre ecológico que ha requerido de más de 20 años para limpiarlo.
Con su sede en una casa construida en 1882 que solía pertenecer a un capitán, LiteGear confecciona maletas y bolsos de viaje hechos a partir de botellas plásticas recicladas y que tienen la gran ventaja de ser ultralivianos. “Enviamos contenedores llenos de botellas plásticas a China, pero ya es hora que dejemos de hacerlo”, comentó Raible. “Porque si piensas en ello, es un recurso natural, por lo tanto debiésemos tratarlo como uno”.
Ella descompone las botellas plásticas en sus componentes esenciales –básicamente petróleo–, y las desmenuza, las derrite y las extrude para convertirlas en fibra de poliéster. Así las botellas producen un hilo que es muy liviano y muy resistente, con el que crea los bolsos. “Ni siquiera una gota de petróleo adicional se utiliza para fabricar nuestros productos”, declaró Raible.
La misión de la empresa LiteGear nació a partir de la larga historia de Raible en la industria del turismo. Ella comenzó en la compañía North Face, basada en Berkeley, California, cuando estaba en sus años veinte, donde Raible ascendió al puesto de directora de desarrollo de productos y de adquisición de productos, compañía en la que adquirió las habilidades para diseñar productos y la ingeniería, que le permitieron desarrollar las telas de última tecnología de LiteGear.
“Cuando se me ocurrió la idea para LiteGear, una de mis inspiraciones fue la mochila de expedición de North Face, la cual tenía que ser tan liviana como pudiese ser posible, sin comprometer su durabilidad”, ella comentó. Trabajando con una fábrica textil de Taiwan, Raible diseñó una tela reciclada con la proporción fuerza/peso que ella necesitaba, al añadir termoformado de alta densidad para proveer estructura y fuerza a los marcos. “Necesitamos que nuestros bolsos sean firmes, pero eso de nada te serviría si, a la mitad de tu viaje, tu bolso se rompiese de un momento a otro”.
Los primeros productos de LiteGear llegaron a los estantes a fines de 2012 y la línea completa fue lanzada en marzo del 2014. En la actualidad, la compañía ofrece varios tamaños de maletas, mochilas y bolsos de mano, además de una sección amplia de accesorios, tales como juegos de aseo personal, un cinturón para cargar dinero y una manga de ropa que se dobla sobre sí misma, la que entró en las listas de final de año de “lo que hay que tener”.
En sólo un año los productos de LiteGear han llegado a más de 200 tiendas minoristas alrededor de Estados Unidos, así como también en tiendas de grandes minoristas, como Walmart, Sears y los catálogos de TravelSmith. “Yo tenía el ojo puesto en la isla Mare desde el comienzo”, comentó Raible. “Hay un movimiento para llevar trabajos limpios y sustentables a Vallejo –donde nació Raible– y nosotros queríamos ser parte de este a medida que nos expandíamos”.
Cerrado en 1996, luego de 143 años de construcción de barcos y submarinos, la isla Mare fue contaminada con PCB, cromo, plomo y otros metales pesados, así como también con vertederos de petróleo y fugas de baterías. Un informe original de limpieza detalla la remoción de suelo contaminado con mercurio, munición real y “numerosos ítems luminiscentes radioactivos”. Hoy su historia ha cambiado drásticamente. En 2012 la isla Mare fue receptora del prestigioso premio de la Secretaría de Defensa Ambiental por limpiar 94 hectáreas del suelo más contaminado, restaurándolo para crear un parque, pantano de sal y humedal en un tramo de 3 hectáreas.
A pesar que todavía quedan edificios clausurados y parcelas acordonadas, también hay acres de bodegas históricas con frontis de ladrillos y alojamientos elegantes para oficiales, lo cual atrae a todo el mundo, desde compañías de diseño gráfico y de energía medioambiental, hasta la cervecería Mare Island Brewing Company y a Blu Homes, fabricante de casas medioambientales prefabricadas. La empresa de Raible es otra de ellas. “Hay una sensación como que hay un centro de actividad sustentable aquí en la isla Mare”, comentó Raible. “Es emocionante ser parte algo que se siente como el futuro”.
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