Un murciélago blanco y que podría confundirse con un peluche. ¿De qué me perdí?

No sabría decir si se trata de un furby o un murciélago…

Cuando pienso en un murciélago, lo primero que se me viene a la cabeza son esas alas silenciosas y negras como una noche sin luna, acercándose con cautela a su próxima presa. Con respecto al pelaje oscuro, las orejas puntiagudas y la forma de sus cuerpos, mi propios pelos se ponen de punta de tan sólo verlos en un documental o foto. Pero aún no llego a la peor parte: Sus colmillos, esos chupa sangre que han inspirado a cientos de historias de vampiros, capaces de hipnotizarte con la mirada y atacar esa vena en tu cuello para alimentarse y quitarte el alma… ufff.

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Así, un ser inofensivo y que en muchas de sus versiones sólo se alimenta de frutas o insectos, es capaz de convertirse en la peor pesadilla de muchas personas por culpa de la literatura o el cine, a través de sus versiones de Drácula. Pero nunca más. Encontré un murciélago, oriundo de Honduras y Centro América en general, que podría causarte una reacción absolutamente inesperada.

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Se trata de una bola de pelo de tan sólo 4 a 5 centímetros, absolutamente blanca y de la que asoman dos ojos negros, además de las orejas y nariz amarillas, que recuerdan a las hojitas en el otoño. Se llama murciélago blanco hondureño (Ectophylla alba), o también conocido como murciélago fabricador de carpas, debido a que vive en los bosques tropicales, y que para protegerse del sol, la lluvia y los depredadores, se esconde en las venas laterales de las largas hojas de la planta Heliconia. Ahí, viven en colonias de hasta 6 murciélagos, en su mayoría hembras que “le pertenecen” a un solo macho.

Un harem del que se puede obtener un descendiente por hembra a la vez, pero donde lo que realmente llama la atención, es el apreciar cómo se cuelgan cabeza abajo, muy pegaditos y simulando una nube. Durante el día y en esa posición descansan, pero en la noche, salen de su escondite para disfrutar del jugo de las frutas.

Jan Boer

A mí parecer, son unos pequeños realmente adorables y creo que capaces de quitar cualquier temor infundado hacia esta especie. ¿A ti qué te recuerdan? ¿Un furby, angry birds o un peluche para decorar la cama y dormir abrazados?

Matt Brady