Aunque el amor es mutuo, poco nos entendemos.
Los perros nos adoran y nosotros a ellos. Nos encanta consentirlos, acariciarlos y que nos sirvan de frazada durante el invierno. Son nuestros más leales compañeros y hay veces en que pareciera, son capaces de entendernos. Una amistad desde la primera vez en que se topan las miradas. Humano y cachorro, se ven y saben, podrían estar juntos hasta que la muerte los separe. Una conexión cósmica, hasta el momento en que rompe un sillón, decide subirse a tu cama lleno de barro, o peor, se revuelca en excremento ajeno. Incomprensible e inexplicable. Acciones que no nos pueden llegar a calzar en la cabeza a pesar de los cientos de estudios, que los científicos de las universidades más destacadas del mundo puedan llegar a realizar.
Los dibujos a continuación, creados por el ilustrador Robert Brown, te podrían dar a entender algunas de las situaciones más cotidianas en las que simplemente no estamos pensando lo mismo que nuestros compañeros peludos. Por conclusión, debemos quererlos tal cual son, ya que ellos nos aguantan cosas extrañas también.