Por Romina Bevilacqua
8 enero, 2015

Hace unos días escribimos sobre que ocurría con unas aves que se emborrachaban naturalmente al comer unas bayas fermentadas, pero esta vez la ebriedad de un grupo de aves no se debió a ningún proceso natural. En realidad se les dio un cocktail alcohólico con el propósito de realizar un experimento científico y descubrir si el canto de las aves se distorsionaba una vez que estaban ebrias.

Lo que tampoco conocemos es qué consecuencias podría traer a estas aves el hecho de que las hayan hecho consumir alcohol. Sin embargo, según los expertos del caso de las aves ebrias por consumir las bayas fermentadas “generalmente se recuperan después de un par de horas” y “la toxicidad de este elemento no deja ningún tipo de lesión”. Esperamos que en este caso, haya sido así.

¿Qué fue lo que descubrieron?

Tal como los humanos ebrios, las aves que son expuestas al alcohol ‘hablan’ con dificultad. Para el estudio, los investigadores le dieron jugo de uva a un grupo de aves y un cocktail alcohólico al otro grupo. Las aves que bebieron alcohol estaban un poco ebrias, con niveles de alcohol que iban del 0.05% al 0.08%. “Al principio pensamos que quizás no beberían por sí mismas porque hay muchos animales que se niegan a acercarse al alcohol”, comentó Christopher Olson, investigador de la universidad. “Pero parecían tolerarlo bastante bien y estaban relativamente dispuestos a consumirlo”.

Una comparación entre las melodías cantadas por los pájaros demostró que las aves que habían bebido alcohol cantaban de manera más tranquila y que sus canciones no tenían la estructura típica. Sorprendentemente, el alcohol no pareció afectar la coordinación de las aves.

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Aunque suena como un estudio bastante tonto y absurdo, los investigadores argumentan que tiene implicaciones importantes para el mundo real. Debido a que los científicos no comprenden completamente cómo el alcohol afecta nuestra capacidad para comunicarnos, comentan que las aves pueden servir como un buen modelo para comprender a los seres humanos. “Debido a que sabemos mucho sobre las áreas exactas del cerebro de las aves que controlan la habilidad para cantar y para aprender a cantar, esperamos que nuestros estudios futuros nos digan exactamente que partes son afectadas cuando se consume alcohol“, comentó Claudio Mello, parte de la investigación y neurocientífico del comportamiento.

En otras palabras, según aseguran los científicos, la investigación no se hizo sólo por diversión. La investigación también podría generar nuevos tratamientos para el abuso del alcohol así como también nuevas tecnologías para identificar a quienes se han intoxicado con la substancia, comentó Andrey Rubin, otro neurocientífico del comportamiento.

“Ver cómo el alcohol afectaba la canción que estas aves ya conocían nos ayuda a comprender cómo el alcohol afecta el aprendizaje y cómo poder desarrollar tratamientos para esta disfuncionalidad”, escribió en un correo electrónico. “Por otro lado, estamos haciendo esfuerzos para desarrollar los biomarcadores de la intoxicación. La dificultad para hablar podría ser uno de los biomarcadores y comprender cómo el alcohol afecta los mecanismos que regulan el habla también nos ayudaría a desarrollar una lista de estos marcadores”.

Visto en: HuffPost