Por Romina Bevilacqua
20 marzo, 2015

¿Habrá vida en este lugar?

(La fotografía superior es una representación artística de la luna  al orbitar el gigante planeta Júpiter. Se pueden observar dos óvalos aurorales sobre las latitudes medias norte y sur).

Esta es una muestra más de que el espacio esconde muchas sorpresas por descubrir. Parece ser que hay otra luna en la cual la vida –tal como la conocemos– podría existir. Nuevas imágenes del Telescopio Espacial Hubble entregan más evidencia sólida de que existe un océano bajo la superficie de la luna más grande de Júpiter, Ganímedes. Este océano podría incluso contener más agua salada en él que toda el agua sobre la superficie de la Tierra.

Ganímedes no es solo la luna más grande en nuestro sistema solar. También es la única luna que tiene su propio campo magnético. Y este campo crea partículas cargadas de energía que causan que los gases se vuelvan fluorescentes y que tengan la apariencia de lazos brillantes y calientes llamados auroras, como las que se pueden ver en la Tierra. Estar tan cerca a Júpiter significa que Ganímedes también está integrada dentro del inmenso campo magnético del planeta gigante, lo cual puede causar que las auroras de la luna cambien.

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Debido a que sus ubicaciones son determinadas por el campo magnético de Ganímedes, las auroras entregan información sobre el interior de la luna donde el campo es generado. “Pensé: ¿Existe alguna forma de usar un telescopio para mirar dentro de un cuerpo planetario? Y luego recordé las auroras”, dijo Joachim Saur de la Universidad de Colonia en un comunicado de prensa. “Debido a que las auroras están controladas por el campo magnético, si observas las auroras de un modo correcto, aprenderás algo sobre el campo magnético. Si sabes sobre el campo magnético, entonces sabrás algo del interior de la luna”.

Al usar el Hubble para medir los ligeros cambios de las dos auroras meciéndose hacia adelante y hacia atrás, Saur y sus colegas determinaron que existe un gran volumen de agua salada bajo la corteza – en su mayoría de hielo – de Ganímedes. Eso porque un océano de agua salada dentro de la luna podría reducir el cambio de los cinturones aurorales: Si hubiese un océano, el campo magnético de Júpiter crearía un segundo campo magnético en el océano que se encontraría con el campo de Júpiter. La fricción magnética elimina el movimiento oscilante de las dos auroras y sería de 2 grados: si no hubiese un océano, el movimiento sería de 6 grados.

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A la derecha se pueden observar un par de cinturones aurales rodeando las latitudes medias norte y sur de Ganímedes. Los cinturones fueron observados bajo una luz ultravioleta por el Espectrógrafo de Imágenes del Telescopio Espacial, y en esta ilustración se ven azules. Se estima que el océano del subsuelo de Ganímedes sea de unos 100 kilómetros de profundidad (o 10 veces más profundo que nuestros océanos) y que está enterrado bajo una capa de hielo de 150 kilómetros de grosor. Esta investigación fue publicada en el Journal of Geophysical Research.

Visto en: IFLScience

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