El santo grial de producir una cantidad de basura igual a cero puede parecer una hazaña sobrehumana. Pero diversas empresas y personas nos han demostrado que reducir de forma drástica los desechos hogareños es posible. Por supuesto, ayuda tener un poco de ayuda visual para ilustrar el problema…
El fotógrafo de California Gregg Segal intenta dar un rostro a las montañas de basura que generamos, a través de su fascinante serie en la que documenta a familias acostadas sobre su propia basura acumulada durante una semana.
Segal explica las directas series de fotografías, las cuales muestran a personas de todas las edades rodeadas por todo tipo de basura (entre las cuales algunas parecen ser reciclables):
“7 Días de Basura es una serie de retratos de amigos, vecinos y otros conocidos con la basura que acumulan en el curso de una semana. Los sujetos son fotografiados rodeados por su basura en un escenario que es parte nido, parte registro arqueológico. Hemos hecho nuestra cama y nos acostamos en ella”.
Es una mirada honesta hacia el estado post-moderno de las cosas, al vivir en una sociedad donde todo –incluso, quizás, nuestras relaciones con los otros y nuestro ambiente– es un poco desechable.
Las caras serenas y sonrientes e incluso el vestuario elegante de algunos de los sujetos presentes en las fotografías se contraponen de manera incómoda con el desastre evidente en el que se enmarcan. Alude de forma muy talentosa a la actitud “ojos que no ven, corazón que no siente” que muchos de nosotros tenemos con nuestros desechos y que a pesar de las diferencias socioeconómicas, todos estamos desafortunadamente unidos por la uniformidad de nuestra basura.
El objetivo de Segal es hacer ver que para abordar el enorme problema de los desechos, se debe comenzar a nivel personal, donde todo comienza, incluso si significa comenzar de a poco. Como lo hemos visto antes, el cambio personal puede tener repercusiones inmensas que posiblemente no tenemos presente.
Curiosamente, Segal admite en una reciente entrevista con Slate que algunos de sus modelos editaron algunas partes de su basura, dejando fuera algunas cosas “realmente asquerosas”. Pero aquellos que trajeron todo lo que realmente tenían de desecho terminaron obteniendo las mejores fotografías, mostrando la verdad detrás de esta serie de fotografías: que lo que desechamos define lo que somos y que podríamos hacer las cosas de mejor forma si fuéramos honestos con nosotros mismos. Es una fascinante serie fotográfica que nos enfrenta con un serio problema, uno que todos podemos ayudar a solucionar.