Cuando conozcas la cantidad de rayos que produce, sabrás por qué este misterioso fenómeno ha ganado un Récord Guinness.
Para mí las tormentas eléctricas siempre han sido un espectáculo. Recuerdo una vez cuando veraneaba en Brasil que el cielo de pronto se tornó gris, comenzó a llover y de inmediato aparecieron los truenos y relámpagos. Todos corrimos a escondernos bajo techo y nadie podía creer que 15 minutos antes aún estábamos tomando sol en la arena. No recuerdo cuánto tiempo estuve refugiada ahí en uno de los bares junto a la playa, pero la imagen de los rayos cayendo sobre el agua es algo que quedará para siempre en mi memoria. Si esa tormenta me pareció espectacular, no puedo imaginar cómo será ver los Relámpagos del Catatumbo.
Este fenómeno se trata de una gigantesca tormenta eléctrica que dura aproximadamente 10 horas al día, con rayos que se repiten unas 280 veces en una hora y que ocurre durante 160 días al año. ¡Es una locura! Esta tormenta incluso batió un récord mundial con un promedio de 250 relámpagos por km2 al año, que llevó a que la organización Guinness World Records la incluyera en sus libros en 2014 y le entregara una certificación oficial. Ahora la región de Kifuka, en el Congo que tiene un promedio de 153 relámpagos/km2 quedó relegada al segundo lugar.
El fenómeno del Catatumbo ocurre cada año entre abril y noviembre en Venezuela, al oeste del Lago de Maracaibo, donde las tormentas eléctricas – de nube a nube– alcanzan los siete kilómetros de altura y suman un promedio de 1.176.000 rayos al año. Para tener una idea, las descargas eléctricas de nube a tierra pueden tener una intensidad de 10.000 a 50.000 amperios, mientras que las de nube a nube (como las que se dan en el fenómeno del Catatumbo) tienen de 100.000 a 300.000 amperios – cada rayo tiene energía suficiente para encender 100 millones de bombillas– lo que explica que sea la primera fuente generadora de electricidad de origen tormentoso en todo el mundo.
Erik Quiroga, el ambientalista que hizo las gestiones para que fuera registrado en el Récord Guinness, cree que estas tormentas podrían ayudar a reparar el daño en la capa de ozono y está liderando una campaña para que todo el ecosistema que las produce sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. “Basados en el hecho de que hay un ciclo de tormentas eléctricas nocturnas de nube a nube, es posible que parte del ozono generado llegue a la parte inferior de la capa de ozono”, escribió Quiroga. Sin embargo aún no existen estudios científicos que lo comprueben.